Iván Canca nos escribe un artículo para nuestra sección de “Tu Opinión”. Si queréis hacer como él, podéis escribirnos, con vuestros datos, a redaccion@puertorealhoy.es.
En estos días estoy manteniendo en redes acalorados debates sobre movilidad en la ciudad. Una argumento recurrente y que viene de largo es que mis interlocutores me instan a preocuparme más por la circulación de bicis en la Calle de la Plaza y menos por la presencia de coches en la ciudad.
Este argumento tiene una parte positiva y otra no tanto. Lo bueno es la visión de la Calle de la Plaza como un espacio indiscutiblemente reconquistado para el peatón, para las personas. Por esa calle se pasea normalmente con tranquilidad, sin miedo al tráfico (excepto en los cruces claro) y el hecho de que se vea invadida por bicicletas, muchas veces a mayor velocidad de la cuenta, genera desasosiego, especialmente a la población más mayor.
La calle de la plaza es un espacio ya ganado para el disfrute de las personas y por tanto toda invasión a este espacio se ve como una agresión, y el peatón se revuelve y reivindica lo que es suyo. Eso es un logro en las ciudades de hoy, y cuanto más avanzada es una ciudad, mayor espacio ha sido reconquistado.
Sin embargo lo que no me parece tan positivo es que se defienda con tanta vehemencia una pequeña parte de la ciudad y nos olvidemos del resto. De media en las ciudades el 80% del espacio público se destina a los coches, ya sea en forma de viales o aparcamientos. Este espacio, generalmente, está vetado a los peatones a no ser que haya una elevada pacificación del tráfico. Este espacio no se reivindica, se ha dado por perdido. Tenemos tan interiorizada la supremacía del coche en la ciudad que ni siquiera nos planteamos que los espacios que ocupan podrían destinarse al disfrute de las personas, como ocurre en la Calle de la Plaza.
Yo no voy a defender a los estultos que circulan en bici por la calle de la plaza a gran velocidad, ni siquiera voy a defender que por ahí puedan circular bicis a ninguna velocidad, ya que es una espacio de alta densidad peatonal en el que no tiene cabida ningún vehículo. Pero cabe preguntarse por qué las bicis circulan por esta calle. Y la principal razón es que el resto de vías para cruzar el centro son hostiles para los ciclistas. Hablo de mi experiencia personal, suelo circular por la calzada junto a los coches sin problema, pero desde que acompaño a mi hijo de 7 años en bici no se me ocurre meterlo por la calzada. De modo que, intentando transmitirle precaución y mucho respeto a los peatones, circulamos muchas veces por espacios peatonales.
Si algunas vías del centro como Teresa de Calcuta y Real fueran de baja densidad de tráfico y estuviera pacificado seguramente las bicis optarían por esas vías, porque al fin y al cabo a nadie le gusta circular esquivando personas.
Es por eso que insto a las personas que me interpelan a seguir reivindicando el espacio peatonal ya ganado, pero les pido que amplien sus miras y luchen conmigo por ganar más espacios y por conseguir una ciudad que sea más para las personas y menos para los vehículos motorizados.
Mas bancos y mas iglecias pa los que se aburren y lo que tenemos que trabajar y desplazarnos en bici nos dedicaremos a criticar como ustedes, para pasear teneis parques y la algaida no sean tan bagos
En todas las esquinas de las calles peatonales hay señal de prohibido circular vehículos ( señal con borde rojo y fondo blanco) ( las bicicletas, son vehículos).
No es escusa ir con un niño de 7 años para circular por ellas.
A los niños se los lleva al parque, al campo a montar en bicicleta.
Lo que falta es que la autoridad competente sea eso, competente.