Tras años siguiendo las pistas que indicaban los diversos testimonios de ancianos de La Villa los arqueólogos y expertos lograron localizar una nueva fosa común de la Guerra Civil, que aunque no aparecía en los documentos oficiales sí que contaba con documentación sobre ordenes de fusilamiento y consejos de guerra en los archivos.
Una vez localizada la fosa en el cementerio de San Roque de Puerto Real, unas prospecciones, catas arqueológicas e inspecciones con georradar demostraron que, efectivamente, se trataba de una fosa común de la guerra. En la zona señalada por los testimonios se hallaron restos de un tipo de munición muy habitual de la Guerra Civil, restos de cal y algunos restos óseos.
Estas investigaciones, que comenzaron hace ya algunos años, han llegado hoy a su punto clave. Desde la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía , en colaboración con la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica y Social de Puerto Real se ha anunciado que este miércoles, día 18 de junio, se iniciarán los trabajos de exhumación en la fosa del cementerio puertorrealeño.
Este proyecto de exhumación prevé encontrar más de un centenar, en torno a unos 120 cadáveres, de represaliados del franquismo y cuenta con un presupuesto de 15.000 euros. Luis Naranjo, director general de Memoria Democrática, explicó en rueda de prensa que la violencia franquista se aprecia al completo en Puerto Real, ya que además de la represión se ha tenido total conocimiento de la incautación de bienes, persecuciones, listas negras, etc. “Incluso un campo de concentración donde la gente moría de miseria, hambre y malos tratos” afirma Naranjo.
Por su parte Francisco Aragón, presidente de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica y Social de Puerto Real, ha querido destacar que la mayoría de los restos de la fosa eran civiles pertenecientes a partidos o sindicatos. Según los testimonios que han aportado luz desde un principio a esta investigación las víctimas eran trasladadas por las vías del tren hasta el cementerio donde eran fusiladas, donde las tropas franquistas dejaban los cadáveras para que los que pasaran por allí de camino a su trabajo en astilleros los vieran y tomaran nota de lo que podía pasar. Una vez los trabajadores observaban esta «advertencia» eran enterrados en la fosa común.
Cuando este miércoles se abra la fosa del cementerio de San Roque y comiencen las exhumaciones se podrá poner una cifra más concreta a las muertes y los represaliados, se pondrán nombres y apellidos a los que fueron callados con una bala, se podrá dar, en definitiva, un poco de luz a esa parte de la historia llena de sombras.