Este 8 de Marzo se ha conmemorado un año más el Día Internacional de la Mujer.
La teniente de alcaldesa responsable de Feminismos y LGTBI, Lourdes Bernal, ha izado en la Casa Consistorial de la Plaza de Jesús, una bandera de Puerto Real en la que prende un lazo morado, en homenaje a todas las mujeres con motivo de la celebración de este 8 de marzo.
Asimismo, desde este lunes está activo el ciclo de cortometrajes en colaboración CortoEspaña, Se trata de seis trabajos dirigidos por mujeres, premiados nacional e internacionalmente, que abordan, desde diferentes perspectivas, historias y narraciones con temática de igualdad y que tienen a la mujer como protagonista.
Los cortometrajes estarán disponibles para su visionado online del 8 al 14 de marzo de 2021.
Asimismo, partidos como Andalucía Por Sí e Izquierda Unida han publicado varios manifiestos con respecto al 8-M.
[accordion title=’Manifiesto 8-M – Izquierda Unida’]En este 8 de marzo diferente y marcado por la pandemia, las mujeres de Izquierda Unida consideramos imprescindible que la fuerza y el esfuerzo de las mujeres, nuestras reivindicaciones y logros, nuestras ansias de transformar la vida, de ser más iguales, más diversas, y más libres encuentren la manera de seguir siendo visibles.
Reivindicamos el 8 de marzo como una historia de éxito, como una jornada de lucha y como un compromiso con nuestras propias vidas y el futuro; una historia de éxito, de lucha y compromiso con los que no podrá ni la pandemia, ni el virus del machismo.
Muchas cosas se han puesto en evidencia en esta crisis, y tendremos que actuar en consecuencia:
Por una parte, ha quedado meridianamente claro cuales son los servicios esenciales para la población; la sanidad, la educación y los cuidados.
Que estos servicios se prestan por parte de sectores de actividad altamente feminizados, pero escasamente estables, retribuidos y reconocidos en el plano laboral.
Que, más allá del empleo los servicios, la inmensa mayoría de los cuidados que se dan en el ámbito personal y familiar siguen recayendo esencialmente sobre las mujeres.
Que el avance de la sociedad en su dimensión humana, igualitaria y solidaria precisa de un Pacto (social y sexual) por los Cuidados, que “mis labores”, pasen a ser “nuestras labores”.
Que no se trata de solamente de una responsabilidad individual, sino de un compromiso de las instituciones públicas para la construcción de “Un sistema andaluz de cuidados” que blinde los servicios públicos.
Que las mujeres, con pandemia o sin ella, sabemos cuidar y cuidarnos; no es una apreciación sino un hecho histórico y una realidad constatable.
En consecuencia, resulta especialmente ofensivo que, ante estas circunstancias, la única prohibición del derecho a la manifestación se haya lanzado hacia las movilizaciones del 8 de marzo.
Rechazamos profundamente la actitud paternalista y despectiva que supone esta prohibición.
Rechazamos que, de alguna manera, esta prohibición de nuestros derechos civiles, resulte ser un eco de las voces machistas recalcitrantes que culpabilizan a las mujeres desde la expulsión del paraíso.
No volveremos ni a la soledad de la cocina, ni al silencio de la alcoba, porque hemos salido a la calle y a la historia para hacerlas nuestras y compartirlas en pie de igualdad y para siempre.
Este 8 de marzo también encontraremos la forma de hacernos visible, que no lo duden ni por un instante.[/accordion]
[accordion title=’Manifiesto 8-M – Andalucía Por Sí’]
Andalucía Por Sí conmemora este 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer. Un día dedicado a todas aquellas mujeres artífices de la historia que hunde sus raíces en la lucha de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre. Son innumerables los ejemplos de mujeres ilustres andaluzas en todos los ámbitos: en el campo de las letras, María Zambrano o Carmen de Burgos; en el campo de las artes ejemplos como, Luisa Roldán, Carmen Laffón o Amalia López Cabrera; en las ciencias, Carmen Maroto, o en el ámbito del activismo político, Mariana Pineda o Victoria Kent.
Durante el siglo XX las mujeres se han ido incorporando masivamente al mundo público insertándose aceleradamente en el trabajo productivo y en la acción comunitaria y social y, pero más lentamente, en el ámbito político. A pesar de ello, la situación de discriminación y subordinación en que vivimos persiste y se reproduce constituyendo un freno al desarrollo individual y de la sociedad en su conjunto.
La participación social y política de las mujeres ha sido y es considerada como una estrategia central en la construcción de la equidad de género y en la profundización de la democracia. Sin embargo, la COVID-19 está haciendo estragos en esa construcción de la igualdad. Ha expulsado a las mujeres del mercado laboral por motivos relacionados con el cuidado de menores o mayores y de personas dependientes.
Acogerse a una reducción de jornada o dejar el trabajo tiene consecuencias directas en la reducción de salario, la cotización y la jubilación, además merma las posibilidades de promoción profesional y conduce a la dependencia económica de la pareja.
La pandemia del coronavirus ha aumentado la brecha salarial de género. Las mujeres andaluzas ganan un 22,5% menos y casi triplican a los hombres en contratos a tiempo parcial.
Las mujeres andaluzas ganan anualmente 14.249 euros de media, unos 4.153 euros anuales menos que los hombres, que perciben 18.402 euros al año, un 22,5% menos, según datos de la Agencia Tributaria actualizados a 2019. Esta brecha salarial puede ampliarse hasta casi el 31% en el caso de la provincia de Huelva, o del 28,4% en el caso de Cádiz.
Las andaluzas acaparan el 72,46% de los contratos a tiempo parcial que hay en Andalucía. Concretamente, hay 363.600 mujeres andaluzas contratadas a tiempo parcial, frente a los 138.100 hombres contratados de este modo, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al cuarto trimestre de 2020.
Respecto a la temporalidad, hay un 28% menos de mujeres que hombres con contrato indefinidos; en concreto, de las 1.252.200 personas asalariadas en el sector privado que tienen contrato indefinido, 728.300 son hombres y 523.900 son mujeres, según los últimos datos de la EPA.
Estos datos contrastan con el más alto porcentaje de trabajadoras en el ámbito público con un 51,8% de funcionarias frente a un 48,2% de funcionarios, es decir, siete de cada diez puestos públicos lo ocupan mujeres, según datos del Observatorio de Igualdad de Género de la Junta de Andalucía. Todo esto evidencia la precariedad laboral en el ámbito privado, que deja como única vía posible el sector público para que la mujer pueda conseguir unas condiciones de trabajo dignas.
La desigualdad entre hombres y mujeres en Andalucía persiste y se ha acentuado como consecuencia de la crisis y la respuesta política a la misma. Las políticas neoliberales pusieron el foco en los recortes de gasto público y esto ha impactado en la potencialidad de las políticas públicas para promover la igualdad y, en concreto, la igualdad de género.
En Andalucía observamos un aún elevado abandono temprano de la educación, un incremento de las personas que ni estudian ni trabajan y un alto desempleo. Tres fenómenos marcados por la crisis, así como por las pautas tradicionales de género.
Andalucía x Sí quiere reivindicar para esta jornada lo que Andalucía necesita:
– Erradicar la violencia de género: Andalucía x Sí quiere subsanar las brechas de financiación para abordar la violencia contra las mujeres y las niñas, garantizar que los servicios esenciales para las víctimas de violencia se mantengan durante esta crisis, aplicar medidas de prevención, e invertir en la recopilación de los datos necesarios para adaptar y mejorar los servicios que salvan vidas de mujeres y niñas.
– Una política educativa comprometida con la igualdad: La educación es una herramienta fundamental para romper estereotipos de género y avanzar hacia modelos de comportamiento más igualitarios, para potenciar la conciliación de la vida personal, laboral y familiar, y para propiciar que ambos géneros puedan tener oportunidades similares en el mercado laboral y en la elección de la vida que desean vivir. A este respecto, se precisa de una política educativa comprometida con el desarrollo de las capacidades de las personas y con los valores de igualdad social y de género.
– Acciones específicas para dar respuesta al abandono temprano de la educación/ formación y al número creciente de personas que ni estudian ni trabajan: Ambos fenómenos se encuentran en mayor medida masculinizados. No obstante, las cifras son alarmantes en ambos géneros y responden a la alta destrucción de empleo, así como a la ausencia de alternativas en el mercado laboral, especialmente para las personas jóvenes y poco formadas.
– Una reforma laboral que combata la desigualdad de género: Andalucía x Sí quiere avanzar hacia una reforma que incluya acciones específicas frente a los problemas estructurales relativos al mayor paro femenino, la mayor parcialidad femenina, la brecha salarial y la segregación horizontal y vertical de género. Para ello, hay que fortalecer la debilitada negociación colectiva, dando voz y abriendo espacio para la participación activa de trabajadores y trabajadoras en la definición de sus condiciones de trabajo. En la misma línea, resulta central impulsar la formación de género en sindicatos y representantes del empresariado de cara a la visibilización y toma de conciencia sobre el problema por parte de estos sectores.
Igualmente, es necesario revisar el contrato temporal, donde las mujeres están representadas de forma predominante. También es necesaria la recuperación de los incentivos fiscales relativos a la reincorporación de las mujeres en su mismo puesto de trabajo tras el permiso de maternidad, y la revisión de los pluses sobre salarios (antigüedad, asistencia y puntualidad, nocturnidad…)
La promoción de horarios laborales más eficientes constituye también un eje central para avanzar en la conciliación de la vida personal, laboral y familiar.
– Una ampliación de servicios públicos formales de cuidados: Andalucía x Sí considera que no es posible romper la discriminación que se reproduce entre el hogar y el mercado laboral si no se reduce la carga obligada de trabajos de cuidados sobre las mujeres. Guarderías con horarios compatibles con el empleo y servicios de atención formal de personas dependientes son servicios fundamentales. Asimismo, las políticas de infancia y dependencia deben evitar consolidar los roles tradicionales de género en la división sexual del trabajo.
– Un sistema de pensiones que asegure una vida digna de nuestras ancianas y ancianos: La histórica menor presencia de las mujeres en el mercado laboral y las peores condiciones laborales han generado desigualdad de género en materia de pensiones. La misma se traduce en un fuerte riesgo de feminización de la pobreza, especialmente, de las mujeres de la tercera edad. Junto con ello, el empeoramiento generalizado de las condiciones de trabajo hace necesario que se definan mecanismos que frenen el empobrecimiento y exclusión social de la población de mayor edad en su conjunto. Y, más concretamente, se precisan acciones específicas que promuevan la valoración del trabajo de cuidados, realizado en muchas ocasiones por las mujeres, y que aseguren pensiones dignas para las mujeres en la última etapa de sus vidas.