Padres y alumnos del colegio Reggio se han concentrado a las puertas del centro durante la mañana del viernes 10 de junio y han decidido la no asistencia a clase para exigir a la Junta que durante este verano sustituya todos los techos de uralita tras haberse detectado un episodio de contaminación por amianto.
Bajo el grito de «¡queremos un cole nuevo!», alrededor de 500 personas se han reunido a las puertas del colegio en una concentración que se ha organizado después de que el delegado de Educación en Cádiz, Juan Luis Belizón, se haya opuesto a que la Junta asuma la obra que supondría tener que cambiar todos los tejados del colegio.
«Es un problema que nos preocupa mucho, desde el Ayuntamiento hemos intentado dar respuesta, ya que entendemos que esto es un problema estructural, no de mantenimiento, por lo que creemos que es competencia de la Junta. Aun así, para dar al menos una mínima respuesta a los padres, nos atrevemos a plantear la posibilidad de encargarnos del arreglo del cuarto de apero», comentaba Antonio Romero a las puertas del Centro.
«El Delegado lo que transmite es que no hay riesgo ni peligro alguno, y cree que no hay justificación más allá del cuarto de apero a que se paralicen las clases. Los padres le han pedido que esto lo haga por escrito constándolo en el informe pero de momento no ha sido así, ya que el riesgo cero no existe», añadió el alcalde de la ciudad.
«Aunque desde el Ayuntamiento no tengamos medios económicos para hacer el cuarto concreto, nos parece que es algo de tanta urgencia que tendríamos que buscar la posible solución, y como estamos en marcha del nuevo presupuesto, que tenemos pensamiento de aprobarlo antes de verano, pues probablemente intentaremos sacar una partida no sé si para el arreglo o para la construcción de otro techo. La situación es complicado y entendemos que la Junta debería posicionarse de una forma más clara».
Por su parte, Ignacio Casado, Delegado de CGT, comentó que «el amianto es un material cancerígeno que está prohibido su uso actualmente. Se usó de manera frecuente hasta los años 80, y hay una norma de la Unión Europea que dice que antes del 2026 debe estar retirado de todos los edificios. Al estar además en descomposición en algunas partes del centro, se ha tenido que precintar, ya que esto es lo que provoca más enfermedades, por lo que es un peligro real, no a largo plazo».
«Nos parece una irresponsabilidad por parte de la Delegación de Educación que se nos diga que es un hecho puntual y que con quitar una pequeña parte ya se soluciona el problema, por lo que pensamos que el peligro puede degradarse también a otras zonas por la propia antigüedad del material; además es un despilfarro porque en 10 años tiene que estar eliminado de toda construcción, por lo que no sirve de nada repararlo ahora. Es una obra estructural y esto corresponde a la Consejería de Educación».
Los manifestantes dicen sentirse intranquilos, de ahí que, además de la reforma de los tejados, piden también un estudio de salubridad de instalaciones que no fueron inspeccionadas durante el análisis en el que se detectó la contaminación.
A esta demanda se ha sumado el sindicato USTEA que, en un comunicado, alerta de que a la presencia de techos de uralita, se suma «el problema de aparición de grietas», de ahí que pida el cierre del colegio hasta no se garantice la seguridad del alumnado y de todos los trabajadores.
«La vida útil del amianto se estima en 30 años, y el que está en este centro puede tener alrededor de 50 años», sostiene el sindicato en un comunicado.
La Asociación de Madres y Padres y USTEA han pedido un nuevo informe de salubridad y avisan de que no realizarán ya ninguna actividad en el centro en lo que queda del curso.
El sindicato también ha reclamado que el colegio Reggio no sea utilizado para situar urnas para la jornada electoral del 26 de junio.
