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jueves, 31 octubre, 2024
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Historia de Puerto Real: Notas sobre la Prioral de San Sebastián (VIII)

Hablábamos en las líneas precedentes sobre la función funeraria del templo Prioral de Puerto Real (asunto al que nos hemos acercado en no pocas ocasiones precedentemente), fijando nuestra atención especialmente en los espacios sepulcrales del edificio, como las criptas existentes bajo las capillas de esta señera iglesia portorrealeña.

En el conjunto de las capillas de este espacio sacro tienen especial predicamento desde temprano en lo que toca a la función sepulcral dos de las mismas: la Capilla de Nuestra Señora de los Remedios, y la de Nuestra Señora del Rosario, singularmente la primera de las mismas, la capilla de Los Remedios, cuyo espacio se corresponde con la actual capilla de la Virgen de Lourdes. Con gran probabilidad esta capilla disponía de su propia cripta funeraria en el subsuelo, un espacio en el que habrían recibido sepultura no pocos vecinos portorrealeños a lo largo de los siglos, debiendo albergar un número relativamente elevado de sepulturas, en ocasiones sucedidas en un breve margen de tiempo entre sí. Hasta el momento, es -entre los recintos auxiliares que formarían las capillas del templo- el que habría podido recibir un número mayor de inhumaciones, de modo que se constata al menos un total de dieciséis, producidas entre los años 1631 y 1705 (si bien ya en el año 1625 se ha podido constatar la adquisición de una sepultura ubicada en este lugar, la que que levaría a cabo Miguel Plat).

Capilla Nombre del solicitante Año
Ntra. Sra. de Los Remedios Constanza López 1631
“” El licenciado Lucas Pérez, cura de la Villa de Puerto Real 1632
“” María de Medina 1634
“” Catalina de Villalta, viuda de Diego de Villalta 1634
“” Estefanía de Vega-Barba 1634
“” El licenciado Juan Palomino, comisario del Santo Oficio, se entierra en ella, en una sepultura de fábrica 1645
“” Alonso Martín Serrano 1650
“” El licenciado Diego Álvarez, presbítero y prior de la iglesia Mayor 1651
“” Simón González 1652
“” Doña Leonor de Baeza. “…en la sepultura junto al Santo Cristo del lado izquierdo como se entra en la capilla que es donde se enterró mi madre doña Isabel Pinto”. 1653
“” Catalina Márquez, viuda de Francisco López se entierra en ella, además es hermana de la cofradía de los Remedios, del Santísimo Sacramento y de las Ánimas 1657
“” Luis González 1657
“” Don Juan Alonso Mojarro, prior de las iglesias de Puerto Real se entierra en ella, “bajo la tarima del Santo Cristo” 1668
“” Doña Juana López de Rivera 1680
“” El alférez Cristóbal Marroquín, en una sepultura propia 1703
“” Doña María Antonia Domínguez 1705

Como puede verse, se trata tanto de hombres como de mujeres, tanto de eclesiásticos como de laicos, sin aparente relación familiar entre ellos, aunque es cierto que sabemos que algunos de ellos eran hermanos de la Cofradía de los Remedios (un lazo evidente entre dichas personas). Cabría igualmente señalar la aparente preferencia que venían a tener los miembros del estamento eclesiástico por ser enterrados en este espacio, y en este sentido contamos con los casos de los sacerdotes Lucas Pérez, Diego Álvarez y Juan Alonso Mojarro, además de Juan Palomino, quien fuera comisario del Santo Oficio.

Prioral de San SebastiánEs de señalar asimismo que quien fuera (efímero y no efectivo) Señor de Puerto Real (en el siglo XVII), el almirante Francisco Díaz Pimienta[1], muestra en una de sus cartas de última voluntad su intención de que -llegada su muerte- su cuerpo recibiera sepultura en el principal templo portorrealeño, San Sebastián, al parecer en la Capilla de los Remedios del mismo[2].

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…al lado del Evangelio del altar mayor, que es arco que sale a otra capilla y entrada, sale al cuerpo de la Iglesia, se ha de cerrar con tabique y citara frente a la cual se ha de arrimar nuestro entierro, que hoy se halla en Cartagena de Levante, en dieciocho cajones que allí entregó el Almirante D. Antonio Beratán que los trajo de Nápoles al veedor del almirantazgo que allí reside, en los cuales se incluyen dos estatuas de mármol, la una de doña Alfonsa, mi mujer, y la otra mía…[3].

Desconocemos si este panteón pensado por Díaz Pimienta llegaría a materializarse en aquella capilla: el almirante fallecería en 1652 teniendo el señorío sobre la Villa, y no habría sido ilógico que hubiese recibido sepultura en la Prioral de su Villa, de acuerdo con su voluntad reflejada en el citado documento, aunque quizá solamente el acceso a la bóveda de la antigua capilla de los Remedios podrá arrojar luz sobre este asunto (sobre la posible realización de la referida capilla funeraria).

Capilla Sacramental. Vista Parcial.

En algunos testamentos se podido encontrar datos que ayudan a conocer la realidad material de dicha capilla de Nuestra Señora de los Remedios: de este modo en 1668, en la última voluntad de don Juan Alonso Mojarro se menciona la existencia de un estrado de madera donde se localiza una imagen de Cristo[4]; unos años antes, en 1653, ya se haría referencia a esta misma figura, en el testamento emitido por doña Leonor de Baeza, documento que arroja el dato de la ubicación de la misma…en el lado izquierdo como se entra en la capilla…[5]; es de señalar que cada capilla contaría con su propio altar.

Caso similar podría ser el de la capilla de Nuestra Señora del Rosario, que es solicitada por algunos portorrealeños como lugar para sus sepulturas (si bien en número inferior a la de los Remedios); parecería existir un sensible aumento en lo que respecta al volumen de personas que piden ser enterradas en este mismo lugar a principios del Setecientos: se trata de un total de nueve personas, entre las que se cuenta el vicario don Andrés de Gatica.

Antecámara de la actual Capilla del Sagrario, en esta capilla del Rosario se constatan referencias de nueve sepulturas entre los años 1634 y 1704, seis correspondientes a personajes femeninos, y tres a varones. Unos años antes, en 1587, en el testamento de Estevania Ramírez se menciona su deseo de ser enterrada en la Iglesia Mayor, no indicando el lugar concreto, aunque dejando claro que este enterramiento debía producirse donde estaba enterrado su suegro, Antón Ramos; quizá lo más interesante en este documento es la mención que en el mismo se hace de esta capilla y de su homónima cofradía:

…se me digan en cada un año en la dicha iglesia en la Capilla de Nuestra Señora del Rosario [cierto número de misas]

Además menciona que dichas misas debían venir de mano de …la cofradía y hermanos de la cofradía de Nuestra Señora del Rosario de esta Villa…[6].

Capilla Nombre del solicitante Año
Ntra. Sra. del Rosario María Martín, matrona 1634
“” María Rodríguez, viuda de Cristóbal Álvarez 1634
“” Antón García Mojarro, en su sepultura. Declara que tiene otra en la capilla mayor que era de sus padres 1649
“” Doña Ana de Castro se entierra en ella 1680
“” Doña Isabel de Olalla Caballero 1698
“” Don Andrés de Gatica, presbítero, cura y vicario de las iglesias de Puerto Real; propietario de dos sepulturas en dicho lugar: …en una de dos sepulturas mías propias que tengo dentro de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario… 1701
“” Isabel de Medina, …en una sepultura de la fábrica 1703
“” Doña Elvira Siguenza de Fuentes 1703
“” Don Juan Bautista Lusaga, …sepultura de la fábrica dentro o a la puerta de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario 1704
“” Don Juan Gil, …me comunicó el referido D. Juan Gil era su voluntad ser enterrado en la Capilla de Nra. Sra. del Rosario (…) lo que en cumplimiento de su voluntad ejecuté… 1751

No parece existir tampoco relación familiar entre estas personas, y quizá su vinculación con este lugar tenga que ver con su vinculación, como en el caso de la anteriormente capilla contemplada capilla de Los Remedios, con la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario; se observa cómo en este lugar se presentan dos tipos de sepulturas: las “propias”, posesión de un particular, y las denominadas “de la fábrica”, cuyo propietario es la propia parroquia (como sucedía asimismo en el caso de la capilla de Nuestra Señora de los Remedios).

Pese a que las dos capillas consideradas son las que parecen contener un mayor número de sepulturas otras capillas existentes en la Prioral participan igualmente de estas funciones sepulcrales, si bien en una inferior medida (no son demasiadas las referencias que lo señalen). En la capilla de las Ánimas del Purgatorio (un espacio posiblemente constituido en el siglo XVII) solicitarían recibir sepultura algunos portorrealeños, si bien pocos en relación con los espacios antes contemplados: de hecho conocemos solamente dos casos:

Capilla Nombre del solicitante Año
Ánimas del Purgatorio Lucas Franco Ramírez, en la sepultura que tiene de su mujer (María de Salazar),   ...debajo del púlpito… 1652
“” Mariana Galván, en sepultura de fábrica 1702

Se identifica este lugar con una cofradía, la de las Ánimas Benditas del Purgatorio, de la que tenemos noticias ya en 1649[7].

REFERENCIAS

[1] Sobre el General Díaz Pimienta hemos tenido la oportunidad de publicar en medios de prensa provincial algunos artículos (cfr. IZCO REINA, M. J. y PARODI ÁLVAREZ, M. J.: “El General Díaz Pimienta. Señor de Puerto Real”, en Diario de Cádiz, 17/VII/2000 y 24/VII/2000); brevemente, para hacer ver el singular proceso de ascenso social de este personaje, tan singular para la Historia de Puerto Real, alguien que transgrede los esquemas del inmovilismo social en la España barroca, cabe decir que Francisco Díaz Pimienta nació encuba, en la ciudad de La Habana en 1598; al parecer, no era “limpio de sangre”, ni por parte de padre ni de madre, ya que era hijo de un tal Pimienta, judío portugués, nacido en las Canarias, y de una mulata esclava llamada Catalina y apodada la cagona; habría crecido de forma humilde, llegando a ejercer bajos oficios, …ocupado en tareas de negros, mulatos e indios o mestizos…; en el mundo del comercio se enriqueció traficando con esclavos negros, navegando a Angola, y creando luego unos astilleros en La Habana, en los cuales construía y reparaba sus propios navíos, luego adscritos a la Carrera de Indias, espacio económico que haría a este personaje conseguir su ascenso en lo social (y en lo económico), comenzando este ascenso como constructor naval y como oficial de las Reales Armadas, mas sin llegar a dar de lado por completo sus otros y más oscuros negocios; su medro social se verá fortalecido con su matrimonio con Jacinta de Vallecilla, hija de Martín de Vallecilla y Ochoa, almirante de la Armada de la Carrera de Indias y General de la Flota de Nueva España; logrado su ascenso económico, comenzaría a procurar el ascenso social y el ennoblecimiento de su sangre: después de una breve etapa como Castellano de la Fuerza Vieja de La Habana, y habiendo conseguido el hábito de Santiago, lograría el señorío de la Villa de Puerto Real, en 1646 a través de la compra del mismo a Felipe IV por 36.916 ducados de plata, señorío que mantendrían sus herederos hasta 1676, cuando la propia población de la Villa se hizo con el mismo a comprarlo a los citados herederos del fallecido almirante Díaz Pimienta.

[2] Como señala E. Caldelas señala en una obra inédita de su autoría, de acuerdo con un testimonio extraído según este autor apunta, de unos apuntes hallados en el archivo.

[3] CALDELAS LOBO, E.: Memoria de Puerto Real en 1928. Obra inédita, pág. 11.

[4] AHPC, Protocolos notariales, sec. Puerto Real. L. 68, f. 229.

[5] AHPC, Protocolos notariales, sec. Puerto Real. L. 71, f. 175.

[6] AHPC, Protocolos notariales, sec. Puerto Real. L. 23, s/f.

[7] Caldelas Lobo (loc. cit.) habla de una lápida sepulcral en esta capilla, que contaría con la siguiente inscripción: Del Honrado caballero Gutiérrez de Cetina, Regidor de Puerto Real y de sus Herederos, y que mediría dos metros y veintitrés centímetros de largo por uno quince de ancho; en la misma aparecería un escudo ovado, partido de izquierda a derecha por una banda y cuyos cuarteles superior e inferior ocuparían respectivamente cinco estrellas y una flor de lis; sobre esta sepultura y la identidad de su ocupante se hablaría y no poco desde finales del siglo XIX: al parecer en 1883 la prensa andaluza recogería la noticia del hallazgo en Puerto Real del sepulcro del poeta Gutierre de Cetina; si bien los Cetina portorrealeños (quizá descendientes del referido poeta), se localizan en nuestra Villa desde principios del Seiscientos, esto es, mucho tiempo después del óbito del poeta; El Gutiérrez (sic) de Cetina portorrealeño llegaría a ser Regidor Perpetuo y Alguacil Mayor de la Villa desde la década de los treinta del siglo XVII, siendo hijo de Alonso de Cetina, quien tras ser Veinticuatro y Alcalde Mayor de Jerez de la Frontera, y tras enviudar en dos ocasiones, se haría presbítero, y alcanzaría en dicha carrera eclesiástica la dignidad de Maestre Escuela de la catedral de Cádiz.

Manuel Parodi
Manuel Parodi
Doctor Europeo en Historia, arqueólogo. Gestor y analista cultural. Gestor de Patrimonio. Consultor cultural.

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