En un acto lleno de emoción, el poeta Marcos Ballester Matito (Puerto Real, Cádiz, 1992) presentó su nuevo poemario, Verano, la obra que pone punto final a su colección de poemas dedicada a las cuatro estaciones. Este evento, celebrado en un entorno cultural íntimo y acogedor en Valdemoro, reunió a lectores, amigos y admiradores de Ballester, consolidándolo como una de las voces poéticas emergentes más interesantes del panorama literario actual.
Un ingeniero con alma de poeta
Aunque formado como ingeniero mecánico y con experiencia en el sector aeronáutico, Ballester ha dedicado gran parte de su vida a la literatura, alimentando su pasión por las Humanidades, el Arte y la Filosofía. Su trayectoria personal, marcada por viajes y estancias en ciudades como Cádiz, Sevilla, Ulm (Alemania) y Quito (Ecuador), impregna su obra con una perspectiva multicultural y profunda.
Desde joven, el autor mostró interés por la escritura, inspirado por figuras que marcaron su vida, como la profesora Julia (en el Colegio La Salle), que despertó en él el amor por la poesía durante su adolescencia, y Pedro Gallardo (en el IES Manuel de Falla), quien reforzó su confianza creativa en el instituto. Su vinculación con colectivos culturales como El Fuego de la Utopía y La Media Luneta marcó un antes y un después en su compromiso con la poesía, llevándolo a dar recitales y participar en diversas antologías.
El ciclo de las estaciones: un viaje poético lleno de simbolismo
La colección de poemarios estacionales de Ballester comenzó con De Invierno y otros poemas estacionales (2023), una obra que explora la relación entre la naturaleza, el tiempo y la urgencia de cuidar nuestro planeta. En esta primera entrega, los poemas reflejan vivencias del autor desde su juventud hasta el inicio de su madurez, un recorrido donde el clima, los paisajes y la nostalgia por Andalucía se convierten en protagonistas.
Con Verano, su obra más reciente, Ballester se adentra en una etapa más introspectiva y espiritual. Influido por una revelación personal que experimentó durante su estancia en Ecuador, el autor conecta la divinidad con la naturaleza, invitando al lector a reflexionar sobre el sentido de trascendencia y la búsqueda de una vida menos industrializada y más emocional.
“En este último poemario me muestro tal y como soy, sin reservas. Es una entrega total a mis lectores, donde mi experiencia vital se fusiona con mi manera de entender el mundo a través de la poesía”, afirmó el autor durante la presentación.
Imágenes y emociones universales
En las páginas de Verano, el lector encontrará una rica variedad de imágenes poéticas: desde la luz que baña la Bahía de Cádiz y la Sierra de Grazalema hasta paisajes de Ulm y Quito. La obra, que cierra con maestría este ciclo literario, demuestra cómo el paso del tiempo y la espiritualidad pueden converger en versos llenos de autenticidad.
Proyectos futuros: de la novela a la reflexión epistolar
Ballester no es ajeno a los retos creativos y confiesa su interés por explorar nuevos géneros. Entre sus proyectos se encuentra la incursión en la novela, con ideas que van desde un thriller policial ambientado en la mafia estadounidense hasta una historia sobre la transición española. También considera la publicación de una obra epistolar y ensayos éticos y sociales, reflejo de su inquietud intelectual.
Por ahora, el autor desea centrarse en Verano, asegurándose de que su mensaje y esencia lleguen al público. Su presentación marcó no solo el cierre de un ciclo literario, sino también el comienzo de una etapa prometedora en su carrera.
Marcos Ballester, con su sensibilidad y profundidad, deja claro que la poesía no solo es un arte, sino también un acto de entrega y conexión con los lectores. Con Verano, el autor reafirma su lugar en el panorama literario contemporáneo, consolidando una obra que permanecerá en el tiempo.