Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) viajó este viernes al siglo XVI para recrear y festejar la partida, el 20 de septiembre de 1519, de las cinco naves comandadas por Fernando de Magallanes que dieron la primera vuelta al mundo, una expedición digna de una película del agente 007.
«Un agente 007 en el siglo XVI se habría embarcado con Magallanes, fue una aventura de película de James Bond», asegura a EFE Manuel Parodi, historiador, miembro de la red mundial de universidades magallánicas y buen conocedor de esta hazaña que demostró por primera vez que la Tierra era redonda.
Aunque Sanlúcar se vistió de fiesta el viernes para recordar la partida de la expedición de su costa, hace 500 años las cinco naos (Santiago, San Antonio, Trinidad, Concepción y Victoria) con sus 293 tripulantes partieron de forma más bien sigilosa, sin querer llamar mucho la atención.
«Cuando se marchan no se hace nada especial, tuvo la misma despedida que cualquier flota. Todo se organizó con gran sigilo, no querían dar pábulo a los portugueses para que no arruinaran el negocio. Fue como un asunto de estado, un gran secreto de estado. Por eso lo enmascararon como otra expedición más», explica el historiador.
Sanlúcar, en la que entonces se daban cita marineros de toda Europa, era una localidad ya acostumbrada a ver partir expediciones al Nuevo Mundo.
Entonces no sabía que aquella en concreto iba a completar una hazaña que podría ser comparada con la llegada del hombre a la Luna y que la haría pasar a la historia como «el cosmódromo de la modernidad», «el cabo Cañaveral del siglo XXI».
Manuel Parodi cuenta que se intentó deliberadamente «guardar la discreción» sobre una expedición iba a intentar llegar a las islas Molucas, y a abrir una nueva ruta para el comercio de sus valiosas especies.
No fue necesario mucho secretismo en el ambiente de la época de Sanlúcar de Barrameda.
«Agatha Christie decía que para esconder una cosa lo mejor es ponerlo donde todo el mundo lo vea, para que nadie se de cuenta de que está escondido» y por eso las cinco naves pudieron pasar desapercibidas mientras se preparaban para la partida, como tantas otras naves hacían.
La expedición había partido de Sevilla el 10 de agosto, por lo que estuvo 40 días en Sanlúcar.
Parodi sospecha si el rey Carlos V, el obispo Juan de Fonseca y el empresario castellano burgalés Cristóbal de Haro, se dejaron convencer por un portugués para emprender esta aventura fue posiblemente porque «había más datos de los que sabemos» y Magallanes «les daría alguna prueba».
La sospecha es que fue «un caso de espionaje» en el que Magallanes, traicionando al rey de Portugal que había rechazado su propuesta de apoyar su expedición, trajo «información secreta» con la que logró convencer a España para que financiara su viaje.
Esta información secreta podía ser el mapamundi que el astrónomo y geógrafo alemán Martín de Bohemia, que prestó sus servicios a Portugal, había hecho y en el que, explica el historiador, señalaba un paso entre el océano Atlántico y el océano Pacífico. «No sabemos de donde saca esa información»·
«Posiblemente Magallanes se trae una réplica de ese mapamundi, la primera bola del mundo, hasta Valladolid y Sevilla y eso termina de convencer a las autoridades españolas», explica.
Eso habría sido de cualquier forma una información que pocos sabrían a bordo de las cinco naves que zarparon.
Lo que oficialmente se sabía es que iban a intentar «llegar un poco más lejos» de lo que había llegado la expedición de Juan Díaz de Solís que en 1516, buscando un paso entre el Atlántico y el Pacífico, descubrió el río de La Plata y encontró la muerte, al caer en manos de indígenas caníbales.
La comandada por Magallanes pudo encontrar y atravesar finalmente ese paso, que bautizó como «El cabo deseado», el 28 noviembre de 1520, en el estrecho que hoy lleva su nombre y que está ubicado en el extremo sur de Chile.
Mucho quedaría hasta que solo una de las cinco naves que partieron, la Victoria, regresara maltrecha a Sanlúcar de Barrameda, tras recorrer 14.460 leguas, comandada por Juan Sebastian Elcano, que sustituyó a Magallanes tras la muerte de éste y que inmediatamente comunicó al rey que había comprobado «la redondez» de la tierra.
FUENTE: EFE