La antigua Hermandad Servita completó su estación penitencial con gran sobriedad y esplendor.
A las 8 de la tarde el cortejo de negros penitentes que acompañaban al misterio del traslado al sepulcro, comenzó su andadura para realizar su anual estación de penitencia.
Tras la maniobra de salida sobre raíles que deben realizar los pasos que salen de la prioral, el bello misterio que preside la imagen de Nuestra Señora de los Dolores y el Cristo de la Misericordia, inició su caminar al son de la Banda de Música de Montellano (Sevilla), que un año más acompañó al paso de misterio.
Con puntualidad la hermandad realizó estación de penitencia en la Capilla de las Reverendas Madres Filipenses, en una calle Sagasta con numeroso público congregado.
Así transcurrió la noche del Lunes Santo donde el tiempo acompañó de nuevo a los cofrades de La Villa y en especial a una corporación que realiza un enorme esfuerzo para poder acometer su estación penitencial.