Los vecinos y vecinas del Río San Pedro exigen a la Junta de Andalucía una «clara participación en el bienestar de la barriada. Es necesario que, de una vez por todas y como es su responsabilidad, la Junta participe y solucione los problemas de salud que vienen sufriendo en el barrio»
«No es de recibo que primero eche la culpa a las descargas a granel y al aire libre del Bajo de la Cabezuela para luego termine afirmando que la culpa es de los propios vecinos por los hábitos de vida, como puede ser el tabaco«, señalan en su comunicado.
«Los vecinos quieren dejarle muy claro a la Consejera que NO tenemos la culpa de tener que vivir junto a una línea de alta tensión, que NO tenemos la culpa de que se realicen descargas en el Bajo de La Cabezuela sin la suficientes medidas de protección, que NO somos culpables de tener que soportar el importante tráfico que transcurre junto a nuestras ventanas debido al Puente de La Pepa que han construido junto a nuestras casas», expresan.
«Y desean apostillar que es lamentable que el gobierno de la Junta de Andalucía, el cual debería de trabajar por y para la salud de los ciudadanos que residen en la comunidad andaluza, aceptase la creación de una mesa de trabajo a través de una PNL aprobada en el parlamento para solucionar el cable de alta tensión que transcurre por la barriada y lo cerrase sin dar solución ni justificación. ¿Para quién trabaja la Junta entonces, para las empresas de electricidad?», se preguntan los vecinos.
«De la misma forma, creemos que es irresponsable que, después de más de un año a una pregunta parlamentaria, la respuesta dada sea en valores absolutos y aún no tengamos en detalle el estudio necesario», añaden.
Desde la Plataforma Vecinal, recuerdan a la Consejera de Salud que «el tabaco y el amianto no estuvieron restringidos durante mucho tiempo, y que hoy están prohibidos, ya que han comprobado las consecuencias en la salud de miles de andaluces. No podemos esperar a ver cuáles serán las consecuencias de vivir bajo la combinación de una línea de alta tensión y el polvo en suspensión debido a las descargas en el puerto».
Por todo ello, instan a que se produzca un cambio en las tolerancias con los niveles de Campos Electromagnéticos (CEM) aceptables y que la Junta aplique la Resolución 1815 del Consejo de Europa que, entre otros aspectos, destaca:
- Tomar todas las medidas razonables para reducir la exposición a los campos electromagnéticos, especialmente a las radiofrecuencias emitidas por los teléfonos móviles, y en particular la exposición en niños/as y jóvenes, para quienes el riesgo de tumores de la cabeza parece mayor;
- Reconsiderar la base científica de las normas actuales de exposición a los CEM fijadas por la Comisión Internacional para la Protección contra la Radiación No Ionizante (International Commission on Non-Ionising Radiation Protection), que presenta graves deficiencias, y aplicar el principio ALARA (as low as reasonably achievable), es decir, el nivel más bajo razonablemente posible, tanto a los efectos térmicos como a los efectos atérmicos o biológicos de las emisiones o radiaciones electromagnéticas;
- Implementar campañas de información y de sensibilización sobre los riesgos de los efectos biológicos potencialmente nocivos a largo plazo sobre el medio ambiente y la salud humana, dirigidos especialmente a niños/as, adolescentes y jóvenes en edad reproductiva;
- Prestar especial atención a las personas “electrosensibles” afectadas de un síndrome de intolerancia a los campos electromagnéticos y la adopción de medidas especiales para protegerlos, incluida la creación de “zonas blancas” no cubiertas por redes inalámbricas;
Por tanto, tal como concluyen en la Declaración Científica Internacional de Madrid del 28 de Septiembre de 2017:
«Afirmamos sin duda alguna que ha quedado demostrado que la exposición continuada a estas radiaciones constituye un grave peligro para la salud de la población y que deben de adoptarse de inmediato las medidas eficientes para reducirlas, como las establecidas por el Consejo de Europa que citamos. Y es importante entender que estas medidas no son definitivas, sino el comienzo, un paso más hacia un ambiente saludable sin efectos nocivos provenientes de CEM artificiales en cualquier organismo vivo. La citada resolución del Consejo de Europa puede y debe, por lo tanto, ser revisada en un futuro a medida que nuevos conocimientos vayan surgiendo de la ciencia y la investigación y demuestren que se precisan medidas más estrictas de aseguramiento de la protección de la salud de la población. ¡Principio de Precaución YA!».
FUENTE: Plataforma Vecinal «Río San Pedro»