Muchísimas personas acudieron este viernes y este sábado a los actos del 50 Aniversario de la Virgen de la Estrella de Puerto Real. Unos actos que tuvieron su punto culminante con la Salida Procesional Extraordinaria en la noche del sábado.
Lejano quedaba ya aquel 6 de septiembre de 2013 cuando los cofrades de «La Borriquita» presentaban los actos a celebrar con motivo del Cincuentenario de la Virgen de la Estrella. Justo un año después de aquel pistoletazo de salida, el cúlmen de 365 días de duro y continuado trabajo, se veían marcados al cruzar el dintel de la puerta de su casa de Hermandad la Estrella Lasaliana.
La jornada comenzó a las 11:10 h. de la mañana, cuando el Obispo de la diócesis, D. Rafael Zornoza, llegaba al centro lasaliano para proceder a la bendición del mosaico cerámico de los cofrades, gracias a la aportación y colaboración de muchísimas personas.
Pero el sueño se convirtió en realidad un minuto antes de las nueve de la noche, «abrid las puertas a la Madre de Dios» ordenaba el fiscal de la Hermandad, José Antonio Pantoja, y así sucedió. Entonces un nutrido y largo cortejo comenzó a invadir las calles de La Villa, Hermandades locales, foráneas y lasalianas se dieron cita para acompañar a un importante grupo de hermanos que, cirio en mano, alumbraron el camino extraordinario de la Reina Lasaliana.
Cuando a las nueve y veinticinco minutos de la noche el impresionante paso de palio se detuvo bajo el dintel de la puerta en Puerto Real, casi no había donde aparcar. Cofrades llegados desde distintos lugares se daban cita alrededor del paso de palio, que con un acertado callejero de marchas interpretados por la Banda de Música Virgen de la Estrella, se acercaba a la primera de sus citas en la Prioral de San Sebastián.
Noche de verano, calor, humedad, todo se dió cita para hacer más apetecible la estancia entre las rectilíneas calles de un Puerto Real, que anoche más que nunca fue centro neurálgico mariano de toda la provincia. Al llegar a la Iglesia de la Victoria no cabía un alfiler. Sonando Soledad de Puerto Real del maestro Abel Moreno, el palio de la Estrella más refulgente en el firmamento, se encaró ante el efímero altar de la barroca talla de Nuestra Señora de la Soledad.
Pasada la media noche, el cortejo empezó a caminar con paso más aliviado, en busca de la calle De la Plaza, donde una artístitica y majestuosa alfombra de sal de casi treinta metros, elaborada como obsequio por la Hermandad de la Esperanza de Sanlúcar, servía como preludio para cruzar el monumental arco tras el que no había hueco alguno para una cámara más.
A las dos y media, y con una candelería que agotaba lágrimas de cera sin lucha alguna, Nuestra Señora de la Estrella entraba en su barrio, bellamente engalanado por el Grupo Joven de la Hermandad, precedido de una lluvia de pétalos obsequio de su cuadrilla de hermanos costaleros.
Y así pocos minutos después de las tres de la madrugada, rodeada de una marea humana que no la abandonó durante toda la noche, el paso de palio realizó un giro de 270 grados al son de Macarena de Abel Moreno, para cruzar el dintel 6 horas después de haber iniciado una procesión extraordinaria que marcó el curso de la historia cofrade.
FOTOS: Daniel G. Vela
VIDEOMONTAJE: Islavisión