La delegada del Gobierno de la Junta en Cádiz, Ana Mestre, y la delegada territorial de Salud y Familias, Isabel Paredes, han acudido esta mañana al Hospital Universitario de Puerto Real con su gerente, José Luis Guijarro, y su equipo, para visitar una reforma de las Urgencias, enmarcada en la lucha contra el Covid-19 y en la que la Junta invierte 233.590 euros.
Además, han podido comprobar el funcionamiento de la nueva Unidad de Rehabilitación Cardiaca, una incorporación a la cartera de servicios del centro que atiende usuarios desde el pasado mes de julio.
La obra que se está desarrollando en el Servicio de Urgencias del Hospital de Puerto Real comenzó el pasado 8 de junio y tiene la finalización prevista para el 31 de agosto. La reforma consiste en la reorganización de los espacios y la habilitación de nuevas dependencias con la integración de los portales exteriores de Urgencias con el resto del servicio, proporcionando más de 500 metros cuadrados adicionales. Con ello se consigue una ampliación importante de la sala de espera, así como de las salas de Enfermería, Tratamiento y Traumatología. Dentro de la nueva zona de respiratorio, se crean nuevas zonas de Observación y de críticos.
De esta forma, se consolida la asistencia diferenciada desde la misma entrada del paciente a través de dos triajes independientes, lo que supone una mejora en la accesibilidad del usuario, en la calidad de la asistencia y en la seguridad, tanto de pacientes como de profesionales.
Ante la pandemia, las Urgencias del centro puertorrealeño se adaptaron para dar respuesta inmediata; no obstante, se ha planteado esta importante reforma en cumplimiento al plan funcional de desescalada de la Consejería de Salud y Familias en su apartado dedicado a este servicio, en el que se indica la necesidad de mantener los circuitos diferenciados creando una zona específica para respiratorio.
Nueva Unidad de Rehabilitación Cardíaca
Mestre y Paredes también visitaron la nueva Unidad de Rehabilitación Cardíaca, situada en la zona de Consultas Externas, junto a Rehabilitación, y que ha contado con una inversión en equipamiento cercana a los 8.000 euros. Este servicio supone que los usuarios del hospital puertorrealeño no tengan que trasladarse a otros centros de la Bahía de Cádiz para beneficiarse de esta prestación, que en un principio pretende atender a 190 personas en lista de espera.
Cuenta con una plantilla multidisciplinar de cinco profesionales: un especialista de Cardiología, otro de Rehabilitación, un fisioterapeuta, una profesional de Enfermería y un Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE).
El servicio tiene seis puestos con control telemático y un equipamiento consistente en una central de monitorización ECG por telemetría; un transmisor telemétrico ECG; ergómetros de bicicleta y cinta para uso clínico; y una pantalla de televisión de 49 pulgadas para visión del ejercicio en sala, entre otros elementos técnicos.
La Unidad de Rehabilitación Cardíaca es un ejemplo de trabajo en equipo entre los servicios de Cardiología y de Rehabilitación con profesionales de enfermería, fisioterapia, cardiología y rehabilitación, con el objetivo de reducir la discapacidad a aquellos pacientes que han sufrido un infarto, insuficiencia u otros eventos cardíacos. Mediante un programa que compagina la formación en hábitos cardiosaludables y una promoción del ejercicio físico controlado, se busca dotar al paciente de autonomía en la gestión de su patología, mejorando claramente su calidad de vida y facilitando un retorno a su vida habitual.
Los programas de rehabilitación cardíaca se estratifican según riesgo; una evaluación integral cardiológica con prueba de esfuerzo y control de los factores de riesgo cardiovascular modificables, junto a una evaluación de la capacidad funcional, desde el punto de vista musculoesquelético, permite la personalización del programa.
La estrategia de cuidados orientada al manejo efectivo de los hábitos cardiosaludables y el diseño de un programa de actividad física segura desde el punto de vista cardiovascular, marca el desarrollo durante la duración de uno a dos meses de los programas de rehabilitación cardiaca diseñados.
Las Guías de Práctica Clínica Europeas en Cardiología indican que la Rehabilitación Cardíaca ha demostrado en múltiples estudios reducir la mortalidad y las complicaciones de los pacientes tras un infarto de miocardio y diversas intervenciones cardíacas. Esta práctica está aceptada como recomendación de consenso total en las guías de práctica clínica y su objetivo fundamental es el de mejorar la calidad de vida de los pacientes, limitando el riesgo fisiológico y psicológico que provoca la enfermedad cardíaca y favoreciendo la rápida y completa reincorporación de estos pacientes a la sociedad.
FUENTE: Junta de Andalucía