El pasado 26 de mayo tuvo lugar la conferencia “Laicismo, democracia y religión”, impartida por José Ramírez Labrador, profesor jubilado de Matemáticas de la Universidad de Cádiz y portavoz provincial de la asociación ‘Andalucía Laica’.
El acto se desarrolló en la Casa de la Juventud de Puerto Real con notable asistencia de público. El conferenciante fue presentado por José Pettenghi, que agradeció su participación en las actividades de nuestro Ateneo e hizo mención de la trayectoria docente del profesor Ramírez Labrador, deteniéndose en su faceta de librepensador y como portavoz de ‘Andalucía Laica’. Indicó la oportunidad de esta charla, pues el laicismo forma parte de la justificación de nuestros valores republicanos.
El profesor Ramírez Labrador comenzó concretando los conceptos teóricos del laicismo, añadiendo que las personas tienen derecho a practicar su religión, pero lo que no pueden es imponerla. Continuó con una exposición histórica, seria y solvente del tema en cuestión a través de la simbología religiosa y la discriminación por motivos religiosos, concluyendo que el laicismo es libertad, completamente opuesto al concepto de la teocracia, y sus derivados como el clericalismo. Resaltó esta idea con ejemplos del catolicismo, islamismo, judaísmo o hinduismo.
Ofreció, con el rápido repaso por la Historia, desde el atroz tribalismo bélico de la Biblia, las Cruzadas, las Guerras de Religión, hasta la Sharia o el nacional-catolicismo, las contradicciones y miserias de las religiones.
El laicismo se constituye, pues, como uno de los Derechos Humanos en atención a sus tres primeros artículos.
A continuación analizó la situación del laicismo en España con la visión de un verdadero experto. Partiendo de la Constitución de 1812, afirmó que España está dominada por el clericalismo, con pequeñas interrupciones como la de 1869, hasta llegar a la II República en la que su Constitución de 1931 declaraba en su articulado la libertad de cultos, de conciencia, la escuela laica y otros logros. Un episodio muy breve precedió al nacional-catolicismo. Con la llegada de la democracia, la Constitución de 1978 dice que ninguna religión tendrá carácter estatal, a lo que siguen algunos “peros” que descafeínan esa afirmación. Además el texto constitucional está lastrado por el Concordato con el Vaticano que tiene rango de Ley Internacional.
¿Vivimos en un Estado aconfesional? se preguntó. Pues no, aseguró. ¿Sigue la Iglesia queriendo mandar en la vida pública? Por supuesto.
Expuso a continuación las iniciativas que son precisas para frenar esa tendencia y hacer avanzar las ideas laicistas, como decir no a la financiación de las religiones en España, con un total de 11.000 millones de euros anuales (que el conferenciante desglosa en partidas), decir no a las exenciones fiscales y económicas de todo tipo (IBI, ICO…), decir no al expolio sistemático del patrimonio histórico y artístico español, que la Iglesia ha permitido y permite gracias a una aplicación laxa de la legislación vigente, decir no a la inmatriculación, o sea la inscripción de bienes públicos a nombre de la Iglesia, permitida desde la Ley Hipotecaria franquista de 1946 y refrendado por la Ley Hipotecaria del mandato de Aznar en 1998, lo que resulta escandaloso (hasta hoy más de mil bienes obtenidos por ese medio), decir un no rotundo no sólo a la presencia de la religión en la escuela, sino también en el ejército, judicatura, universidades… y no a las autoridades civiles en actos religiosos.
Pese a la situación desigual y desoladora, dijo que hay que ser optimistas: el laicismo avanza en nuestro país y lo justificó con diversas tablas de datos estadísticos: el alumnado matriculado en Religión, las bodas civiles o la religiosidad por edad.
“¿Somos los laicos una minoría?” fue la pregunta que centró el coloquio posterior, interesantísimo y muy animado y en el que intervinieron muchos asistentes al acto.
FUENTE: Ateneo Republicano de Puerto Real
