El presidente de Navantia, José Manuel Revuelta, ha apelado hoy a la «unidad de esfuerzos» y a acometer las reformas necesarias para garantizar y mejorar el futuro de los astilleros españoles, durante su discurso de celebración del 125 aniversario de la factoría de Cádiz.
En su intervención en un acto público en el Palacio de Congresos, Revuelta ha felicitado «a todos los que han formado parte del astillero desde su inicio», ha reconocido la labor de los trabajadores y ha mostrado su convencimiento de que «las expectativas de futuro son inmejorables».
«Las reformas que se están implantando en Navantia nos llevarán a ser mejores y más competitivos y así podremos conseguir que el Astillero de reparaciones de Cádiz siga siendo un referente de calidad y competitividad en el mercado nacional e internacional, tanto en reparaciones como en modernizaciones en el ámbito civil y militar», ha asegurado.
Ha hecho también un llamamiento a aunar esfuerzos, junto a trabajadores y empresa auxiliar, para lograr «al menos otros 125 años de progreso para el Astillero».
Navantia ha conmemorado hoy sábado el 125 aniversario de la inauguración del Astillero de Cádiz con un acto que ha sido clausurado por el presidente de la compañía y que ha incluido tres conferencias sobre la historia del astillero, la transformación de los años 70 y el presente y futuro de la factoría.
Fueron los hermanos Vea Murguía los que inauguraron el Astillero de Cádiz el 23 de julio de 1891 con la colocación de la primera piedra de la grada «Andalucía», aunque desde cuatro años antes se había estado trabajando para conseguir hacer realidad el proyecto.
También el 23 de julio de 1891 se botó en la grada «Extremadura» la embarcación Nuestra Señora del Rosario, un pequeño remolcador transformado en buque auxiliar para los trabajos del astillero y, ya por la tarde, se celebró con un gran banquete el nacimiento de la factoría.
A los tres años de su puesta en marcha buscaron inversores foráneos para mantener la actividad, y tras su cierre temporal a principios de siglo, el empresario vizcaíno, Horacio Echevarrieta, compró la factoría en 1917, y en 1918 se volvieron a utilizar sus gradas para botar el Gadir, un carguero de 680 toneladas, que inició la serie de 42 buques, entre ellos, el Juan Sebastián ElCano.
Otro de los hitos del Astillero fue la explosión de 1947, que asoló toda la factoría y mató a 61 de los 2.500 operarios que había en ese momento en la plantilla.
Se reconstruyó y este último período se centró en labores de mantenimiento y reparación, con un número indeterminado de carenas y más de ochenta transformaciones, entre ellas las cuarenta llevadas a cabo sobre grandes cruceros, en las que se ha especializado la factoría de Navantia en Cádiz en la actualidad.
FUENTE: EFE
