Volvemos a traer a estas páginas virtuales de Historia la referencia a aquellos muy breves apuntes que en la “Descripción y Cosmografía de España”, a principios del Quinientos, se dedican a la mención de la Real Villa, como adelantábamos en esta cabecera la pasada semana.
En realidad, el texto colombino no entra a describir o tan siquiera a considerar a la Real Villa en su situación a principios del siglo XVI, limitándose a mencionarla (dejando constancia con ello de su existencia como núcleo poblacional en sí) y a facilitar algunos datos que pueden servir para situar a la localidad en el espacio, de modo que el lector de los párrafos de esta “Descripción y Cosmografía de España” pueda hacerse una idea no solamente de la existencia de la Villa sino de su ubicación geográfica al brindarse por parte de los compiladores del texto las referencias que recogemos ahora relativas a las distancias que separan a Puerto Real de algunas de las poblaciones de su entorno.
[3326] Sanlucar de Barrameda e fasta puerto rreal ay quatro leguas / e van por el puerto de santa marya tres leguas / chipiona es lugar de docientos vezynos (…) [3327] / e fasta puerto rreal ay cinco leguas e van por el puerto / de santa maria…
Estas son las muy escuetas líneas que Hernando Colón, hijo del Almirante Cristóbal Colón, dedica a la mención de Puerto Real en su obra, compilada entre 1517 y 1523, trabajo al que nos acercamos la semana pasada en esta misma cabecera de “Puerto Real Hoy”, cuando comenzamos a comentar la existencia de esta magna compilación corográfica emprendida por el menor de los vástagos del Almirante en los primeros años del reinado de Carlos I, luego Carlos V como emperador del Sacro Imperio Romano, un trabajo contemporáneo de la gran gesta del Viaje de la I Vuelta al Mundo (1519-1522) de cuya culminación se cumplen este año precisamente 500 años y redactado además muy pocos tiempo después de la Fundación de la Real Villa por los Reyes Católicos, en junio del año 1483.
De este modo vemos cómo las referencias de este tratado corográfico sobre la Villa portorrealeña, harto escuetas, presentan las distancias entre la población y dos de las localidades de su entorno (curiosamente no del más inmediato, pues no se hace referencia en este sentido a poblaciones limítrofes con el término portorrealeño), como son Sanlúcar de Barrameda y Chipiona, ambas localizadas en la comarca de la Costa Noroeste de la actual provincia gaditana; se señala así mismo que el camino que comunica Puerto Real con ambas poblaciones mencionadas pasa por El Puerto de Santa María, lo que sin duda resulta de ayuda y utilidad para que un geógrafo de la época de la redacción del texto, por ejemplo, pudiera ubicar mejor a la Real Villa en un hipotético mapa (siquiera mental).
En cuanto a las distancias expresadas y la unidad de medida de las mismas, la “legua”, recogeremos lo que aporta el Diccionario de la Lengua Española (DRAE) [https://dle.rae.es/legua] al considerar la voz “legua”: Del lat. tardío leuga, voz de or. celta, y este quizá de or. prerromano. En su primera acepción se señala, además, lo siguiente: “1. f(emenino). Medida itineraria, variable según los países o regiones, definida por el camino que regularmente se anda en una hora, y que en el antiguo sistema español equivale a 5572,7 m.”.
De ese modo, en el texto que hemos recogido se señala que la distancia entre Sanlúcar de Barrameda y Puerto Real es de 4 leguas, que vendrían a equivaler a 22’5 km. (aprox.), mientras se apunta que la distancia entre Chipiona y Puerto Real sería de 5 leguas, lo que equivaldría a 28 km. (aprox.), siendo que dichas distancias transcurrirían en buena medida a través del territorio de la vecina localidad de El Puerto de Santa María, que se ubica entre nuestra Real Villa y las dos poblaciones mencionadas por Hernando Colón.
Veíamos cómo Hernando Colón (Córdoba, 1488 – Sevilla, 1539) fue un erudito, un hombre de su siglo, bibliógrafo y cosmógrafo de peso y prestigio, paje real en su infancia y primera juventud, al servicio en primera instancia del heredero de las Coronas de Castilla y Aragón, el malogrado príncipe Juan y luego de la mismísima reina Isabel I de Castilla, quien estaría siempre situado en la órbita y los aledaños del Poder de su tiempo.
Andando el tiempo Hernando Colón se convertiría en un reputado cosmógrafo, un hombre que se desenvolvería en el ámbito del conocimiento, un intelectual prestigioso que participó en diferentes misiones y cometidos encomendados por la Corona y que al mismo tiempo defendería los intereses de la familia Colón pleiteando con la misma Corona a la que servían los integrantes de dicho grupo familiar.
De esta gran obra corográfica, la “Descripción y Cosmografía de España”, que cuenta ya con quinientos años, se conserva en la Biblioteca Colombina de Sevilla su manuscrito original, del cual manejamos la edición facsímil que se hiciera en el marco de los previos de la Conmemoración del V Centenario del Descubrimiento de América (1492-1992), una cuidada edición en tres volúmenes que se presentan en caja ilustrada que fuera realizada y publicada por Padilla Libros en Sevilla en 1588, y que vería la luz precisa y no casualmente en el quinientos aniversario del nacimiento de Hernando Colón (1488-1988), con el respaldo y el patrocinio de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
Como señalábamos hace un momento (y dijimos la pasada semana), se trata de una edición facsímil de la que se llevó a cabo en 1910 por parte de la Sociedad Geográfica Española, y que se tiró en las prensas de la Imprenta del Patronato de Huérfanos de Administración Militar, en Madrid.
Así mismo sería Hernando Colón autor de una biografía de su padre titulada “Historia del Almirante” que no fue publicada por el autor, un trabajo que conocería una primera edición en italiano el año 1571 y que no sería finalmente publicado en lengua española hasta fines del siglo XVIII por el marino militar y científico Antonio de Ulloa (nacido en Sevilla en 1716 y fallecido en la gaditana Isla de León, hoy municipio de San Fernando, en 1795), reputado erudito y brillante científico como decimos y a quien debemos, por ejemplo, el descubrimiento del platino.
Volviendo a la edición sevillana, del año 1988, de la “Descripción y Cosmografía de España” del hijo menor del Almirante Cristóbal Colón, volveremos a señalar que esta obra cuenta con un prólogo crítico de 52 páginas que precede al texto colombino y que correría a cargo del historiador americanista José Luis Mora Mérida, un texto, el de Mora Mérida, que se incluye al inicio del primer volumen de los tres que componen la obra y que se titula “Un hombre, una Historia y una mentalidad: don Hernando Colón (1488-1539)”.
Hemos abierto estas líneas con la transcripción literal de los breves pasajes del texto colombino en los cuales se hace referencia a Puerto Real respetando las formas del referido texto en su redacción, que puede parecer cuando menos particular al lector del siglo XXI, al lector actual.
Hemos mantenido el texto de Hernando Colón con la numeración correspondiente a los párrafos del mismo, que presentamos entre corchetes: [3326] y [3327]. Asimismo en nuestra transcripción hemos dividido las líneas del texto original mediante el empleo de barras oblicuas / que marcan los ritmos de los diferentes renglones de la edición de Padilla llegado el caso incluso dividiendo palabras, que quedarían en dos renglones diferentes del manuscrito original y por ello y por ende de la edición de 1910 y de la facsímil de 1988: así, por ejemplo en “puer-/to de santa maria” (en [3326]) y en “rri/bera” (en [3327]).
Hemos mantenido la literalidad de la redacción, de modo que como podrá contemplar el lector se menciona a Puerto Real como “puerto rreal” las dos ocasiones en las que se cita a la Villa -en [3326] y [3327]- mientras a la hora de mencionar a la vecina localidad de El Puerto de Santa María encontramos las formas “puerto de santa marya” [3326] y “puerto de santa maria” [3327].
En la sevillana edición de Padilla de 1988 el texto colombino relativo a Puerto Real se presenta en las páginas 295 y 296 del Tomo I (de los tres tomos de la edición); como nota de interés, señalaremos que al comenzar el párrafo [3324] (anterior a los dos párrafos en los que se menciona a la real Villa), el editor constata literalmente el dato de que “Varía la letra”.
Este en apariencia ligero apunte del editor tiene su relevancia, y sirve para poner de manifiesto un dato conocido, esto es, el hecho de que fueron varios los secretarios, ayudantes y compiladores de cuyo concurso se serviría el cosmógrafo Hernando Colón y Enríquez de Arana (coordinador, impulsor y responsable de la tarea) para la toma de notas de cara a la construcción de esta magna obra corográfica de principios del siglo XVI, un trabajo tan acorde con los tonos y el espíritu de la nueva Monarquía Hispánica forjada por los Reyes Católicos y puesta en pie por su nieto el emperador Carlos V.