Al hablar de Historia, de investigación, de divulgación, de difusión de la Historia local en (y de) Puerto Real es imprescindible detenerse en la figura de don Antonio Muro Orejón. En no pocas ocasiones (realmente en tantas como nos ha sido y es posible, como ahora mismo), de palabra y por escrito, hemos insistido en que la figura de autoridad que marca de forma absoluta un antes y un después en el desarrollo y formación de la Historiografía portorrealeña es, sin lugar a dudas, el profesor Muro. Existen, bien es verdad, algunas firmas y publicaciones de contenido histórico cronológicamente anteriores a sus estudios y trabajos, caso de las guías Rossety de fines del XIX y los primeros años del XX (guías con información de la provincia en las que se recogían diversos aspectos de la Historia de la misma), o de Moreno de Guerra, autor local activo en las primeras décadas del siglo XX, y responsable -ciertamente para bien- de las que quizá puedan ser reconocidas como las primeras páginas de Historiografía portorrealeña con verdadera identidad como tales.
Pero es el referido cátedro de la Hispalense, don Antonio Muro Orejón, quien conseguirá aunar de forma efectiva y por vez primera lo científico y académico con lo divulgativo, manifestando una activísima preocupación, materializada en páginas y páginas de contenido histórico editadas en publicaciones de carácter periódico como la desaparecida revista local “Marcador” o en prensa provincial, una activísima preocupación, decíamos, por la difusión de los valores siempre positivos de nuestra Historia y de nuestro Patrimonio Histórico, Artístico y Monumental. Adelantado a su tiempo (recordemos que estamos hablando de trabajos realizados en las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta), fue capaz, además, de insuflar su ánimo a varias generaciones de historiadores e investigadores que han (que hemos) venido después que él.
No es éste el momento ni el lugar para detenernos más por lo menudo en la variada y rica producción salida de los esfuerzos de Antonio Muro. A estos respectos, y con vistas a un ahorro de energía para el amable lector curioso e interesado, resulta posible encontrar un elenco de sus publicaciones sobre la Historia de la población en nuestro estudio Puerto Real en la Historia. Ensayo de Bibliografía Histórica Portorrealeña (ed. Padilla, Sevilla, 2002). Sus no poco variados y completos artículos cubrieron un amplio perfil temático, estando el mismo especialmente articulado en torno al Patrimonio Histórico-Artístico de la localidad así como a las épocas moderna y contemporánea de la Historia local portorrealeña (si atendemos a su campo cronológico de atención preferencial). Asimismo es obligado reseñar cómo muchos de los artículos de la obra divulgativa del profesor Muro Orejón fueron publicados en vida suya bajo la forma de una recopilación de trabajos que vería la luz con el título de Puerto Real entre el pinar y la mar hace más de tres décadas a la hora de la redacción de estos párrafos, puesto que este libro fue editado por la entonces Caja de Ahorros de Cádiz (dato histórico en sí mismo) en Cádiz, en 1983.
Obra miscelánea que retenemos igualmente interesantísima para poder aproximarse a determinados aspectos, casos y cosas de la Historia local, no presenta, sin embargo (y por su propia naturaleza de recopilación de artículos de divulgación), el carácter “total” que sí nos muestra otro libro salido de la autoría, el magisterio y la coordinación de Muro Orejón, el titulado -simplemente- Puerto Real el cual se inscribe en el marco de la colección de Los Pueblos de la Provincia de Cádiz, que fuera editada por la Excma. Diputación Provincial gaditana allá por los años de la década de los ochenta del pasado siglo XX (en concreto el dedicado a Puerto Real vio la luz en 1983, como el anteriormente citado).
Obra salida de la pluma de varios autores, fue elaborada bajo la batuta de Antonio Muro, y trató de recoger, siguiendo el espíritu que guiaba la colección en la que se insertaba (y que se ocupaba de todos y cada uno de los municipios de la provincia de Cádiz, presentando un elenco de historias locales de fácil acceso y divulgación), los que -al menos en el momento de su elaboración- eran entendidos como aspectos principales de la Historia de nuestra ciudad y de su evolución a lo largo del tiempo. Puede ser tenida, así pues, como la única obra publicada con un espíritu de conjunto con la que contamos hasta la fecha presente -hasta la fecha de redacción de estos párrafos- en Puerto Real. A modo ilustrativo diremos que es precisamente éste el libro que quien escribe estas letras siempre termina recomendando a quienes preguntan por “un libro” sobre la Historia de Puerto Real, un sitio donde se pudiera encontrar “todo” (o casi todo). Con el hándicap principal de que se trata de un libro agotado desde casi el momento mismo de su edición, representa sin lugar a dudas un referente obligado en la Historiografía local aún hoy, y constituye la única obra de conjunto que ha visto la luz como tal relativa a la Historia de Puerto Real.
Otro trabajo de mención obligada es el titulado “Biografía del Puerto Real de los Reyes Católicos”, del cual fuera autor Antolín Ordóñez de la Calle. Se trata de una aproximación a la Historia de la Villa realizada a mediados del siglo XX y que jamás viera la luz (al menos no hasta el momento de redacción de estas páginas) en forma de libro publicado. Tuvimos ocasión de manejar la copia del ejemplar que se conserva en el Archivo Histórico Municipal hace unos años (en 1996); obra mecanografiada, el autor hizo varias copias, distribuyéndolas entre familiares y allegados; una de dichas copias, al menos, se conserva como hemos señalado en dependencias municipales, siendo a todas luces conveniente la edición del trabajo, cosa que ya recomendamos en su día en algún artículo nuestro publicado en medios de prensa, así como -ya en un medio más específicamente relacionado con la posibilidad de la publicación de la obra- en el Consejo Municipal de Cultura, del cual formamos parte. La sugerencia, desafortunadamente, cayó en saco roto, ante el que hemos de considerar como evidente desinterés del equipo de gobierno municipal (encabezado por don José Antonio Barroso Toledo), y el interesantísimo trabajo de Ordóñez de la Calle sigue (a fecha de redacción del presente texto y pese a nuestra insistencia, hasta ahora infructuosa) sin conocer editor ni la luz pública.
Consideramos que se trata de una obra de sumo interés para Puerto Real, sea desde un punto de vista histórico como desde una perspectiva historiográfica; en el primer sentido es siempre interesante contar con un libro de Historia local, máxime en una población como Puerto Real, que adolece aún de cierta falta de “Historias locales”, especialmente cuando estamos hablando de un historiador local en el doble sentido de que se ocupa de temas locales y de que es, además, un hijo de la Villa. Desde la óptica de lo historiográfico es un trabajo de mayor interés, si cabe, ya que fue redactado en los mediados del siglo XX, por lo que nos reflejará unos modos de historiar concretos y particulares acerca de los cuales no contamos con suficiente información a escala local portorrealeña; creemos firmemente que el trabajo de Ordóñez es, por su misma concepción y naturaleza, un modelo único, un “hápax” que no merece el olvido al que viene siendo sometido desde el momento mismo de su concepción. Un retrato de la forma de historiar de un período concreto (la dictadura franquista), a una escala determinada (la de lo local), un modelo único de Historia local de Puerto Real, y la obra, junto a todo lo anterior, de un historiador no adscrito al mundo académico (con todos los pros y los contras que ello pueda hacernos imaginar y en los que no vamos a detenernos en este momento), y que, además y para hacerlo aún más interesante si ello es posible, viene a representar una voz distinta a la de quien indudablemente ha sido el gran protagonista del estudio de la Historia local de la Villa durante la segunda mitad del siglo XX, el ya mencionado profesor Antonio Muro Orejón.
Vemos, pues, que contamos con un número reducido de “Historias locales” de conjunto. Tan reducido que se limita a dos libros, de los cuales uno, además, no ha sido editado, conservándose en ejemplares mecanografiados de azarosa consulta: esto es, fuera no sólo del “mercado” de consumo, sino de la mano de la mayor parte de los investigadores e interesados en la Historia y la Historiografía locales. La Historia de Puerto Real adolece, como vemos, de esta seria carencia, no suplida por los no demasiados trabajos de carácter parcial que han abordado temas concretos, de forma monográfica o bien como recopilación de trabajos de naturaleza varia.
No es nuestra intención en estos breves párrafos la de reflejar el volumen y conjunto de los trabajos de Historia elaborados sobre Puerto Real a lo largo de -valga la redundancia- su Historia; para ello contamos con diversos artículos específicos y con alguna monografía (Manuel J. Parodi Álvarez, Puerto Real en la Historia. Ensayo de Bibliografía Histórica Portorrealeña. Ed. Padilla. Sevilla, 2002) sobre el particular; pese a ello, no renunciaremos a señalar, sin embargo, varios de los trabajos sobre la Historia de Puerto Real que han sido publicados con la voluntad de -al menos- abarcar un campo concreto de nuestro pasado, siguiendo fundamentalmente un criterio cronológico más que temático; en este sentido, obligada es, una vez más, la referencia a don Antonio Muro, y muy especialmente a sus libros titulados Puerto Real en el siglo XVIII y Puerto Real en el siglo XIX. Encontramos en ellos la voluntad de -siguiendo un esquema propio del momento en el que fue elaborado el primero de ambos, pero en absoluto descartable en un marco de Historia local- abarcar los contenidos definitorios de un siglo en concreto, reflejándolos en un texto que quiere aunar lo científico con lo divulgativo, y que quiere, al mismo tiempo y como venimos señalando, plasmar lo auténticamente definitorio del siglo que aborda, dejando escritas de una vez las claves del período histórico considerado.
Así el profesor Muro Orejón trata en las obras que hemos reseñado sobre el Puerto Real de los siglos XVIII y XIX, en dos obras de conjunto que vieron la luz con varias décadas de distancia temporal entre una y otra, y que tuvieron un espléndido complemento en la amplia obra divulgativa desarrollada por don Antonio en los medios de prensa locales (caso de la revista “El Marcador”) o provinciales (como el “Diario de Cádiz”), durante muchos años.