El legado patrimonial de Puerto Real constituye -todavía, no sabemos por cuanto tiempo más- un reflejo medianamente fiel (y también medianamente rico aún) del devenir histórico de la ciudad y su término municipal, y del contexto geográfico en el que se inserta la Real Villa portorrealeña, el de la feraz región histórica de la Bahía de Cádiz, mostrando en el inventario de sus haberes el reflejo de los avatares históricos, no siempre positivos para nuestro tesoro patrimonial, que han atenazado a la Bahía en general y a nuestra ciudad en particular.
Esta circunstancia marcha de la mano sin lugar a dudas de la innegable riqueza y la variedad de los horizontes culturales que se han dado cita en el pasado de nuestro contexto geográfico (fenicios, púnicos, romanos, bizantinos, musulmanes del Levante y del Norte de África, europeos de toda procedencia, sin pasar por alto los horizontes hispanoamericanos…).
Todo ello confiere a la Historia y el Patrimonio de Puerto Real una naturaleza singular así como una proyección y un peso que trasciende con holgura lo puramente local, así como incluso lo comarcal, lo regional y aun lo estatal, insertando la Historia portorrealeña en unos horizontes globales e internacionales, un contexto en el que se dan cita matices europeos, mediterráneos, africanos, americanos y aun próximo-orientales.
Del pasado fenicio-púnico y romano (y de horizontes incluso muy anteriores) dan fe los no pocos yacimientos arqueológicos del término municipal. De este modo, entre los nada desdeñables recursos patrimoniales locales contamos con elementos arqueológicos de la Antigüedad, estructuras monumentales históricas, singularísimos elementos de arquitectura religiosa así como más que notables ejemplos de arquitectura civil y militar modernos y contemporáneos, todo lo cual presenta un indudable testimonio del papel de la localidad a lo largo de los muchos siglos de la Historia del poblamiento humano en este contexto geográfico y cultural de la Bahía, y todo ello -vaya por delante- si ponemos el acento en el Patrimonio Cultural material, pues el Patrimonio Cultural Inmaterial y el Patrimonio Natural no se quedan precisamente a la zaga en esta consideración y en su papel fundamental en el horizonte y la identidad de la Villa.
Por si todo ello no fuese suficiente para dejar constancia de la proyección del Patrimonio portorrealeño (como estamos señalando) más allá del ámbito local, el Patrimonio Cultural de la Real Villa se inserta verdaderamente en marcos de referencia supralocales, en algunos casos internacionales, caso de los diferentes horizontes culturales y patrimoniales con los que nuestra ciudad se encuentra relacionada, merced a los muy diferentes hitos de su (cada vez más mermado) tesoro patrimonial. Baste considerar al respecto todo lo relativo a la Conmemoración de la Defensa de las Libertades y el Constitucionalismo en El Trocadero y la inserción de dicho episodio de nuestra Historia en el contexto de las oleadas revolucionarias europeas del siglo XIX, un momento de verdadera transformación del mundo en el que Puerto Real jugaría un papel fundamental en 1823, como bien hemos tenido ocasión de poner de manifiesto y en lo que hemos venido insistiendo desde hace no pocos años dentro y fuera de esta cabecera.
En este sentido no nos resignamos a señalar lo oportuno que resultaría la inserción de la localidad en algunos de los diversos Itinerarios Culturales existentes, una potencialidad que hemos planteado en más de una ocasión ya que esta circunstancia de la adscripción de Puerto Real a Rutas e Itinerarios Patrimoniales ya existentes sin duda contribuiría a reforzar la proyección exterior de la ciudad y del patrimonio local, apoyándose además en el tesoro patrimonial de la localidad y beneficiándose la Villa de su presencia en distintos Itinerarios y Rutas Culturales supralocales (internacionales, nacionales, regionales) de los que la ciudad podría formar parte, suscitándose de este modo sinergias que sin duda habrían de redundar en beneficio del Patrimonio portorrealeño y de la proyección exterior del mismo, beneficiando así mismo de manera global a la ciudad al potenciar su carácter de destino cultural y patrimonial, con vistas por ejemplo a reforzar el imprescindible objetivo de la desestacionalización del turismo en y hacia la ciudad, siempre desde unas bases de sostenibilidad y equilibrio entre la actividad económica que supone el turismo y el propio desenvolvimiento de la vida cotidiana de la ciudad, con vistas a no incurrir en los problemas de sobreexplotación turística que se están produciendo en demasiados escenarios patrimoniales, convertidos -acaso literalmente- en tramoya para visitantes, en perjuicio del cuerpo social que ha creado dichos escenarios y contextos patrimoniales y que, habitándolos, los mantiene vivos y los hace verdaderamente sostenibles.
En este sentido es de señalar que resulta de interés plantear (algo en lo que confiamos que se nos preste atención) que Puerto Real pueda formar parte de la “Ruta de los Fenicios”, un Itinerario Cultural del Consejo de Europa que reúne a diferentes ciudades de tres continentes (Asia, África y Europa) [https://www.coe.int/es/web/cultural-routes/the-phoenicians-route], las cuales cuentan en sus términos locales y municipales con la huella de unas comunes raíces históricas fenicias, unas ciudades pertenecientes a países como Líbano, Chipre, Túnez, Italia o España, por citar algunos de los estados implicados en esta iniciativa en el contexto señalado.
La adscripción de Puerto Real a esta “Ruta de los Fenicios” serviría para poner a la localidad en contacto directo con un contexto internacional del que tiene derecho a formar parte por su Historia al tiempo que ayudaría a fomentar un mayor conocimiento del Patrimonio portorrealeño dentro y -muy especialmente- fuera del espacio cultural y turístico español.
Igualmente es de notar la ausencia de Puerto Real en la “Ruta Bética Romana” [https://beticaromana.org/], siendo que nuestra localidad merecería sin lugar a dudas formar parte, por derecho propio, de dicho contexto y de dicha Ruta (si bien a quienes nos han gobernado nunca les ha parecido interesante, a tenor de sus hechos -o de la ausencia de los mismos) como bien pone de manifiesto la riqueza arqueológica de nuestro término municipal, en especial en lo que tiene que ver con el pasado romano de estas tierras, de este rincón de la Bahía de Gades.
De la misma forma podría plantearse igualmente que nuestra ciudad pudiera entrar a formar parte de las “Rutas del Legado Andalusí” [https://www.legadoandalusi.es/las-rutas/], de la Junta de Andalucía, una iniciativa igualmente (como el caso de la “Ruta de los Fenicios”) que tiene la consideración de Itinerario Cultural del Consejo de Europa y que nos pondría en relación con un pasado, el de la Andalucía medieval islámica, prefundacional, anterior a la Fundación de la Villa por los Reyes Católicos en 1483, el contexto cronológico inmediatamente anterior a la conformación de la nueva entidad poblacional que habría de ser la Real Villa portorrealeña.
Otro de los Itinerarios culturales de los que podría (y debería) formar parte nuestra localidad por méritos propios es el de la “Ruta de la arquitectura defensiva en la costa andaluza” [https://guiadigital.iaph.es/ruta/22/la-arquitectura-defensiva-en-la-costa-andaluza], una Ruta Cultural preconizada igualmente por la Junta de Andalucía la adscripción a la cual coadyuvaría a insertar a la localidad en un contexto supralocal de carácter andaluz cuya untención es la de tratar de poner en valor la arquitectura defensiva costera, ejemplos muy destacados de la cual en nuestra región se encuentran en el término municipal portorrealeño, caso de los restos del Castillo de San Luis (o Fort Luis), de los restos del Castillo de La Matagorda, o de los baluartes (como los de época napoleónica) localizados en la zona limítrofe con la vecina población de San Fernando, pero en término municipal portorrealeño (sin exclusión de otros hitos de esta naturaleza existentes en nuestro referido y extenso término municipal local).
Y, sin embargo, seguimos a fecha de hoy en buena medida ausentes de estos contextos y redes que tanto podrían beneficiarnos a todos.