El tifón Barroso pasó en plena navidad para recordar a más de uno que el destierro voluntario es mejor que la cercanía. Los periodistas lo echábamos de menos, por fin alguien e este pueblo era capaz de ocupar una portada y vender ejemplares de periódico. Lo hemos podido ver de nuevo por la calle de La Plaza dando besos y abrazos, era imposible acabar más de dos frases sin interrupciones. Echando la vista atrás, hace muchos, muchos años que Barroso no campaba a sus anchas sin miedo a quejas y peticiones de favores.
En el cara a cara estaba pletórico, en un mes había recibido más cariño de la gente de la calle que en los cuatro años juntos de su última legislatura. Barroso volvía para irse por donde había venido, sin miras a quedarse y sin planteamiento de volver a la palestra, para alivio de la oposición.
La ansiada entrevista ha servido para indicarnos que el cambio es positivo. Cuando los puertorrealeños eligieron a Maribel Peinado Puerto Real sufría una enfermedad crónica provocada por el estancamiento de un partido en el poder. El enchufismo masivo, las promesas incumplidas y las actitudes de Barroso contra las instituciones del Estado estaban quemando a todo el electorado. El cambio sirvió para devolver a los ciudadanos la confianza y la ilusión en la democracia como instrumento para progresar.
Es hora que los puertorrealeños den a Barroso su sitio en la historia de la localidad. El actual Gobierno ha demostrado que cuatro años no dan para hacer mucho. Hace 35 años la localidad no se asemeja en nada a lo que es ahora. Si miramos a nuestro entorno Puerto Real es de las poblaciones de la Bahía con menos pobreza, con menos drogadicción y con un bajísimo índice de infravivienda.
Vino, vio, venció y se fue siendo el tema de conversación de la entrada del año. Barroso es, sin duda, el muro que ha faltado durante toda la legislatura. Él y Aldayturriaga (PP) hubieran hecho un tándem perfecto para plantar cara a Juan Carlos Martínez, Peinado y Plaza. Una oposición con más tablas que los vencedores de los comicios hubiera arrojado titulares y sesiones plenarias encendidas, además de haber ejercido un mejor control.
Pero ya no hay vuelta atrás, empieza un nuevo año en el que no hay que perder de vista la Casa Consistorial donde falta tanto talento y sobra tanta incultura. Como dice Punset “ningún tiempo pasado fue mejor”.
Es la primera vez que emito mi opinión en esta página y será por supuesto la última y me mueve a tal acción el hecho de que la primera norma que debe cumplir un medio de comunicación y un periodista es informar de manera aséptica, cuando esta primera norma que se enseña en la Facultad de Ciencia de la Información se incumple, el que lo hace debe tener en cuenta que se olvida de los que es la deontológica profesional.
A partir de ahí, ese periodismo mala entendido, deja de tener valor para pasar a ser los que los americanos llaman «rubbish news»,
Por cierto la frase no es de Punset.
Buenas tardes y buena suerte.