Prevaricar es abusar del poder para tomar decisiones injustas a sabiendas que se están tomando en contra de los intereses de la administración.
Esta acepción de la palabra la vamos a oír mucho estas semanas, hasta que el próximo 8 de octubre María Isabel Peinado Pérez comparezca en el Juzgado de Instrucción número 1 de Puerto Real al haber sido imputada por presunta prevaricación.
Junto a la alcaldesa, la concejala de Medio Ambiente, Beatriz Parrado, también ha sido imputada por la presunta adjudicación ilegal del servicio de recogida de aceites usados. Lo cierto es que estas supuestas irregularidades pueden causar un traspiés en la recta final del mandato y hacen flaco favor a los andalucistas en el arranque de precampaña.
La sombra de la política cortijera no gusta a los ciudadanos, mucho menos si está el ministerio fiscal de por medio. En lo que va de mandato no es la primera vez que el juzgado da varapalos a la política de Peinado, atrás han quedado las sentencias por irregularidades en la política de Personal, ganadas por los sindicatos, o los dedos acusadores que señalan presunta malversación en la gestión de los espectáculos del Teatro Principal, llevados ante la Fiscalía.
El juzgado ve que los hechos pueden ser constitutivos de delito y ha admitido a tramite la querella presentada por la empresa de aceites usados Geregras. Las diligencias previas sentarán por primera vez en el Juzgado a Maribel Peinado que tendrá que dar explicaciones el próximo día 8.
El proceso judicial puede durar meses y muy posiblemente este caso no esté esclarecido antes de las elecciones de mayo. La sombra de la presunta corrupción se convertirá en arma arrojadiza de los otros partidos que no han tardado en declarar su interés en presentarse como acusación popular. A los ciudadanos nos quedará la difícil tarea de juzgar por nosotros mismos.
¿Este proceso judicial nos tocara el bolsillo a los ciudadanos de Puerto Real?. Esperemos que la alcaldesa no lo permita y en caso de que nos toque el bolsillo, debería de tomar medidas para quitar un tanto porciento de su sueldo y sus concejales y que pagaran de su bolsillo.
No puede permitir que encima influya en las arcas mermadas del ayuntamiento y mire por el bien de los ciudadanos de la Villa.