Sin duda, los Astilleros de Puerto Real se han llevado todo el protagonismo de la semana con un nuevo amago de cortar el tráfico en la entrada a Cádiz. Los trabajadores de la factoría, y por ende de la industria auxiliar, no aguantan más. No es tiempo de jugar al ajedrez político, es tiempo de que el trabajo llegue a la factoría en forma de buques, y que las opciones alternativas a la construcción naval salgan a flote.
La SEPI tiene la pelota en su tejado, es una frase que hemos escuchado por activa y por pasiva en los últimos días. Una decisión, más que nada, política. Con dos elecciones llenas de promesas y otra a la vuelta de la esquina, más vale que se dejen de prometer cosas y los anuncios se conviertan en realidades. Si el enroque sucede y la SEPI cede al movimiento el próximo martes, la partida estará salvada, de momento, por parte de los Astilleros.
Más allá de barcos civiles y militares, Navantia comenzó el pasado curso con la construcción de la plataforma Wikinger, encargada por Iberdrola. Una de esas alternativas de las que la compañía podría apostar, al igual que sus Consejeros. Otra de ellas sería la del reciclado de buques, una propuesta que ya se ha escuchado en el Pleno de Puerto Real en la pasada legislatura y que fue comunicada a la misma empresa.
Va siendo hora de moverse y preocuparse, además de por los petroleros, los BAM y los gaseros, de lo que va a venir después, que el tiempo pasa rápido. Si los comerciales, políticos o consejeros que se encargan de vender el producto no venden, más vale prescindir de ellos y buscar otros que sí vendan.
Como la canción
«Que sí, que no, que nunca te decides» decía la canción de El Símbolo. Todo un ejemplo de lo que puede estar pasándole a Antonio Romero con el tema de Las Aletas. Esta semana se convocó al Consejo Rector en el que participa el alcalde puertorrealeño de Sí Se Puede. Muchas miradas se centraban en él debido a las declaraciones anteriores, primero afirmando que les parecían un proyecto especulativo y, posteriormente, confirmando que no serían una administración amable con el proyecto.
Pues parece que ahora, con el proyecto sobre la mesa, a Antonio Romero le surgen las dudas. Habrá que ver qué piensan sus socios de gobierno, EQUO, ya que estos rechazaron el proyecto desde un inicio, no solo desde el programa electoral presentado en la pasada campaña. Esta sería una buena opción para debatir en pleno, con el total de los grupos de la corporación, de cara a que todos participen.
A vueltas
Ahora que mencionamos la palabra Pleno, ¿qué pasa con el Pleno de Julio? El Pleno de Organización estaba categorizado como extraordinario, por lo que, en teoría, falta la sesión ordinaria del mismo. Después de las quejas de los grupos de la oposición, muchos no tardarán en tirarse de uñas contra el equipo de gobierno en caso de se vuelvan a cometer los fallos criticados en la primera sesión de la legislatura.
En el mismo sentido, nos parece curiosa, interesante y de analizar la posición de Izquierda Unida y de José Alfaro en el Plenario. El edil tiene el apoyo prácticamente total de su asamblea -revitalizada tras los últimos comicios-, y está demostrando, con sus decisiones, que el voto de investidura solo daba eso, la investidura. El resto de decisiones, como pudimos ver en el último pleno, son otro coser y cantar. Atentos ahora más que nunca a la posición de Alfaro, que promete hacer las sesiones plenarias más que interesantes.