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jueves, 21 noviembre, 2024
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Apuntes sobre una inscripción portorrealeña. El Epígrafe de Optata Erennia

En 1962 la arqueóloga española Mª. José Jiménez Cisneros publicó un conjunto de 35 epitafios procedentes de las excavaciones de una necrópolis gaditana[i]. De entre éstos, y registrado con el número 16, figuraba el correspondiente a la inscripción funeraria de Optata Erennia. Veinte años más tarde, el profesor e insigne epigrafista Julián González Fernández no pudo encontrarla para su edición de las inscripciones de la provincia de Cádiz[ii], de modo que el referido investigador sevillano hubo de conformarse en este sentido con seguir las indicaciones dadas por su predecesora en el estudio de dichas inscripciones. Por las mismas razones, este epígrafe pasaría completamente en silencio por las ediciones de las inscripciones del Museo Arqueológico de Cádiz publicadas por Mª.D. López de la Orden, ya fuera conjuntamente con A. Ruiz Castellanos[iii], ya fuera en solitario[iv], quienes tampoco habrían de hacer referencia al mismo en sus textos.

Sin embargo, a principios del año 2000 esta inscripción reapareció en la ciudad de Puerto Real, en manos de un particular, antes de desaparecer de nuevo (tras el fallecimiento de esta citada persona). De acuerdo con el testimonio del poseedor de la inscripción, la pieza fue hallada reutilizada como material constructivo en el curso de una obra, y formaba parte de la pared de un edificio, una casa, en la calle La Palma, en el corazón del casco histórico de Puerto Real[v].

Estos hechos (la localización del epígrafe en Cádiz que da Jiménez Cisneros, la imposibilidad de los estudiosos posteriores, los mencionados González, López y Ruiz, para localizar el epígrafe a su vez y estudiarlo, y la final aparición de la inscripción en manos particulares en Puerto Real, en posesión de quien se acreditaba como su descubridor -quien efectivamente daba testimonio de que la cedió a Jiménez Cisneros para su estudio en su día, si bien señalaba que la pieza apareció no en la ciudad de Cádiz, sino en Puerto Real, en las circunstancias y modo señalados anteriormente) dan pie, como es de entender, a la aparición de no pocos interrogantes en torno a la inscripción, ya que la misma naturaleza de las circunstancias que incurren en los hechos impiden dilucidar con plena certeza el origen de la pieza (si bien ello queda muy claro de acuerdo con el testimonio expreso de su poseedor, ya fallecido, quien nos facilitó el acceso a la misma para su estudio hace ya unos años, y que fue, según él mismo nos lo narraba, el descubridor de la pieza en el transcurso de la obra en la que la misma apareció en el casco histórico portorrealeño).

¿Ha de considerarse que la primera investigadora se expresó mal en su estudio acerca del origen y procedencia de la pieza ? ¿Ha de considerarse que el epígrafe desapareció tras su primer estudio (y su hipotética aparición en un contexto de la ciudad de Cádiz, contexto desconocido por lo demás) para aparecer más tarde encastrado en un muro de una casa antigua en Puerto Real, y luego, y de ese modo, fue finalmente “redescubierto” por su poseedor…?[vi] Ciertamente esto último es algo que se antoja demasiado rocambolesco… El misterio (relativo, en realidad) permanece… La consulta de los archivos de Jiménez Cisneros permitirá, sin duda arrojar más luz sobre este particular, si bien tendemos a pensar que el epígrafe es portorrealeño en su origen y que las circunstancias de su hallazgo fueron las que nos narró su descubridor: reutilizado como material de construcción en una casa del casco histórico de Puerto Real, y confiado a Jiménez Cisneros para su primer estudio, hace ahora más de medio siglo.

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En cualquier caso, nos fue posible tomar una foto de la pieza, la contemplación y análisis de la cual permite confirmar la lectura de quien la estudió en primer lugar, la arqueóloga gaditana Mª.J. Jiménez Cisneros.

Se trata de una placa funeraria de mármol de forma casi cuadrada, de 13 cm. de alto, 13’5 cm. de ancho y 3 cm. de grosor. El texto de la misma no presenta nexos y los signos de puntuación (situados entre las abreviaturas y entre “ANO” y “XXII”) son de forma triangular (se les localiza en las líneas 3 y 5) y los reproducimos aquí no con el símbolo en sí sino con la interpunción sencilla (“·”).

El tamaño de las letras del epígrafe se va viendo reducido a medida que avanza el texto; de esta manera, y como referimos, las letras de la primera y la segunda líneas de la inscripción cuentan con 1’8 cm. de alto; las de la tercera línea por su parte tienen un tamaño de 1’3 cm., y las de la cuarta y quinta (las que cierran la inscripción y contienen las fórmulas funerarias en abreviatura) cuentan con un tamaño algo menor aún, 1’2 cm.

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Los espacios interlineales son de 0’8 cm. entre la primera y la segunda línea, y de 0’6 cm. entre las otras que siguen a ésta.

El texto del epígrafe es el siguiente:

OPTATA

ERENNIA

ANO · XXII

H · S · E

S · T · T · L

Optata / Erennia, / an<n>o(rum) XXII, / h(ic) s(ita) e(st). /5 S(it) t(erra) t(ibi) l(euis).

“Aquí yace Optata Erennia, de 22 años de edad. Que la tierra te sea leve”

Si bien el registro de la disposición del epígrafe es claro, incluso el eje vertical alrededor del cual el texto se presenta resulta bastante canónico (la sucesión de los contenidos del epígrafe a lo largo del campo del texto del mismo), debemos sin embargo destacar algunas pequeñas variantes lingüísticas. En primer lugar, es de destacar la ausencia de la “H” inicial en el nombre de “Herennia” (Erennia en la inscripción que nos ocupa); al mismo tiempo, la forma “ANO”, que remite al término (genitivo plural) “an<n>o(rum)”, se distancia de la forma del genitivo más habitual en la zona de Cádiz y sus entornos.

Es de notar también la inversión del orden del nomen y el gentilicio, documentada asimismo en otros contextos y escenarios geográficos de la Península Ibérica, tal como muestra la siguiente tabla (en la que presentamos varios ejemplos de este mismo caso de inversión de términos)[vii]

Hispania Vlterior Baetica
Galla Servilia[viii] Italica
Nigrina Se[- – -]tia[ix] Iulipa
Hispania Vlterior Lusitania
Alucius Roscius C. l.[x] Villamesías
Fecunda Herennia[xi] Metellinum
Severa Mania L. f.[xii] Caesarobriga (Oropesa)
Hispania Citerior Tarraconensis
Aius Antonius[xiii] Clunia
Felicia Iunia[xiv]

Vendalo Licinia[xv]

Valeria
Fuscus Bitius[xvi] Calagurris
Marcelus  Aurelius[xvii] Lara de los Infantes
Rustica Baebia[xviii] Saguntum

 

Esta inversión del orden entre el gentilicio y el nombre ha sido objeto de un preciso análisis por parte de I. Kaianto en el contexto de su trabajo sobre la onomástica femenina romana; el estudioso finés señala a partir de ejemplos tomados de CIL[xix] VI que se trata de un reflejo de la nomenclatura servil, característica de los comienzos del Imperio[xx], un fenómeno del que existen variantes locales.

En efecto, ha de señalarse la existencia de hábitos y modos regionales, como en el caso de la Cisalpina (especialmente en algunas regiones de dicho área, como la IX y la XI), donde es necesario tener en cuenta que, en ocasiones, el antropónimo que precede al gentilicio de los ciudadanos romanos de origen indígena a finales de la República y comienzos del Imperio aparece con la forma de un praenomen[xxi].

Por lo que respecta a las provincias hispanas, se constata que buena parte de los ejemplos y testimonios epigráficos corresponden a personajes femeninos, si bien no se puede hacer ninguna afirmación cerrada respecto al estatus jurídico ni sobre la cronología cierta de la mayoría de dichos testimonios. Por este motivo, nada permite concretar que Optata Erennia haya sido una liberta; es cierto que el examen de las inscripciones publicado en su día por Mª.J. Jiménez Cisneros nos revela la existencia de personajes para los cuales formular la hipótesis de una extracción tal (servil o liberta) no parece disparatada[xxii].

Lo cierto es que el análisis del epígrafe puede dar pie a dudas razonables; de todos modos, la concisión del formulario que presenta el mismo aconseja ser prudentes a la hora de extraer conclusiones, máxime cuando la pieza aparece sin contexto arqueológico; en efecto, los epígrafes estudiados por Jiménez Cisneros aparecen (salvedad hecha de éste que nos ocupa) bien contextualizados, adscritos a un ambiente de necrópolis, algo que no era ni exclusivo ni extraño para los casos de libertos, que podían aparecer en un mismo entorno funerario con personajes de otras extracciones sociales, de modo que, por ejemplo, en una zona de necrópolis la sepultura de un IIIIviro[xxiii] anónimo puede aparecer junto a la de una tal Secundilla, nodriza de un cierto Annio, y muy posiblemente, una esclava.

Además, es harto difícil atribuir una datación precisa a esta pieza a falta de más elementos concretos a tales fines, pues algunas cuestiones y elementos que presenta la inscripción tales como la medida de las letras, de los espacios interlineales o la presencia de las fórmulas funerarias H·S·E y S·T·T·L, abreviados, no permiten por sí mismas cerrar ninguna cronología en términos absolutos, más allá de señalar la posible adscripción del epígrafe a época altoimperial romana. De este modo, es el recurso al argumento paleográfico lo que permite al profesor J. González datar la inscripción en el siglo II d.C.[xxiv], ya que, como se ha señalado previamente, el contexto arqueológico de esta pieza es casi con total certeza y seguridad inexistente[xxv].

La difunta, protagonista de la inscripción, que se llamaba -como sabemos- Optata Erennia, no debía pertenecer al linaje de los Herenni Optati de cuya presencia tenemos constancia en Barcino (Barcelona)[xxvi], en Lucentum (Alicante)[xxvii], o en Valentia (Valencia)[xxviii]. En cualquier caso, debía estar adscrita a la gens Herennia, de la que aparecen testimonios en repetidas ocasiones en Gades y su entorno, tales como los de L. Herennius Herculaneus (AE 1995, 817 = HEp 6, 464); Herennius (AE 1995, 840 = HEp 6, 513); Herennia (IRCP 453); Herennia Crocina (CIL II, 1821 = IRP Cadiz 217 = CLE 1566 = ILS 8130 = CLE Cadiz 8 = HEp 14, 112 = AE 2005, 715); C. Herennius (CIL II, 1822 = IRP Cádiz 218); L. Herennius Anteros (CIL II, 1823 = IRP Cadiz 219); Servilius Herennius (CIL II, 1887 = IRP Cadiz 283 = HEp 14, 106); [- – – He]renn[ius – – -] (HEp 6, 355).

En lo que respecta a la variante Erennii[xxix], contamos con algunos testimonios de la misma en España, tales como el de Q. Erennius Florus (posiblemente familiar de nuestra Optata, quizá su padre, quizá su hermano)[xxx], en el propio contexto de la misma Cádiz, o el C. Erennius Saturninus de Emerita Augusta (Mérida)[xxxi], así como el de L. Erennius Maurus de Carruca (Cortijo de los Cosmes, Écija, Sevilla)[xxxii].

Es de señalar, en la línea de lo expuesto, que este gentilicio, como sucede con numerosos casos de antropónimos que acaban en –ennius, presenta un posible origen etrusco, citándose el caso de los Herenni romanos, procedentes en su mayoría de Arpino[xxxiii]. Puede considerarse otro posible origen plausible, dado que Herennius puede corresponderse asimismo con el gerundivo osco herenno[xxxiv]. Puede señalarse también, a la hora de hablar igualmente de posibles orígenes y variantes del término, la existencia del gentilicio Aerennius, que no guarda relación alguna con nuestro Herennius[xxxv].

El cognomen Optata se encuentra atestiguado en todas las provincias de lengua latina del Imperio[xxxvi] (id est, la Pars Occidentalis del Imperio Romano, esencialmente), tanto en Europa[xxxvii], como en África[xxxviii]. En lo que se refiere especialmente a Hispania, y de acuerdo con los trabajos de J.M. Abascal Palazón, podemos señalar que dicho cognomen ocupa el puesto vigésimo primero en frecuencia del conjunto de los constatados, con un total de 81 testimonios, con una especial presencia en la Baetica[xxxix]. Los trabajos de S. Lefebvre confirman el destacado papel en tal sentido de esta misma provincia, con un total de 90 ejemplos constatados de este cognomen[xl].

El mismo está muy presente igualmente entre los esclavos y los libertos de Roma urbs[xli], donde, por ejemplo, se cuenta con 48 ejemplos de Optatus, 22 de Optata y uno de Optandus[xlii]. En Hispania este cognomen se encuentra representado en el seno de todas las categorías sociales, incluida la de los peregrini[xliii].

En conclusión, el estudio de esta inscripción (tras su fugaz reaparición), permite confirmar la lectura que de la misma hizo su primera estudiosa, Jiménez. En cualquier caso siguen existiendo zonas de sombra, tales, que no consienten ubicar la localización de la pieza en la actualidad, de una parte, y que, de otra, tampoco permiten dilucidar de manera definitiva la cronología de la pieza, o el estatus social de su protagonista, la joven Optata Erennia, fallecida a la edad de 22 años (quizá una liberta), a falta de más datos.

Lo que sí podemos afirmar con certeza es que se trata de una inscripción funeraria romana hallada en Puerto Real, en una casa del casco histórico de la ciudad, reutilizada como material de construcción, descontextualizada pues, y desprovista de contexto arqueológico, cuyos perfiles se han analizado en las líneas precedentes; nada nos permite sostener con certeza que se trate de una pieza epigráfica, arqueológica, procedente originalmente del solar portorrealeño, si bien es justo reconocer que nada en absoluto lleva tampoco a poder afirmar lo contrario. Es más, pese a tratarse de material quizá de acarreo, sería hasta cierto punto lógico pensar que hubiera podido tratarse de una pieza procedente de un lugar no demasiado alejado del contexto general en que apareció; sabiendo, como sabemos, que en la zona del complejo arqueológico de Puente Melchor-Barrio de Jarana se cuenta asimismo con una zona de necrópolis, no resulta del todo descabellado pensar que esta pequeña inscripción tenga, de todos modos, un origen portorrealeño.

El de Optata Erennia, a falta de elementos que lo desmientan, pues, es, junto al de los MEVII FAVSTI (que pueden ser incluso anteriores al epígrafe de Erennia), uno de los primeros y más antiguos testimonios de la Romanidad en nuestras tierras, en el territorium antiguo del actual Puerto Real, y, en cualquier caso, representa una de las primeras pruebas en forma de bien arqueológico mueble del pasado romano de estas tierras, hace ahora casi dos mil años siendo además y con toda seguridad, uno de los epígrafes latinos más antiguos aparecidos en nuestro término municipal.

BIBLIOGRAFÍA

Abascal Palazón, J.M. (1994): Los nombres personales en las inscripciones latinas de Hispania. Murcia (Anejos de Antigüedad y Cristianismo 2).

Álvarez Melero, A. y Parodi Álvarez, M.J. (2011): “L’épitaphe d’Optata Erennia”, en SPAL 19 (2010), pp. 197-201.

– (2012): “Notes sur une inscription de la Baie de Cadix; l’épitaphe d’Optata Erennia”, en Latomus vol. 71, tomo 2. Notes de lecture, 456, pp. 507-510.

Deniaux, E. (1979): “A propos des Herennii de la République et de l’époque d’Auguste”, en MEFRA 91 (2).

González Fernández, J. (1982): Inscripciones romanas de la provincia de Cádiz, Cádiz, 1982, nº. 424.

Jiménez Cisneros, Ma.J. (1960): “Miscelánea epigráfica. Inscripciones funerarias gaditanas inéditas”, en Emérita 32, pp. 295-304.

Kajanto, I. (1965): The Latin Cognomina, Helsinki (Commentationes humanarum litteratum XXXVI, 2).

– (1977): “On the Peculiarities of Women’s Nomenclature”, en N. Duval et al. (eds.), L’onomastique latine. Paris, 13-15 octobre 1975. París, pp. 151-152.

Lefebvre, S. (2006): “Les migrations des Africani en péninsule ibérique : quelle vérité ?”, en A. Caballos Rufino et S. Demougin (eds.), Migrare. La formation des élites dans l’Hispanie romaine. Burdeos.

López de la Orden, Ma.D. (2001): De epigraphia Gaditana. Cádiz.

López de la Orden, Ma.D. y Ruiz Castellanos, A. (1995): Nuevas inscripciones latinas del Museo de Cádiz. Cádiz.

Lörincz, B. (2000): Onomasticon prouinciarum Europae latinarum, III. Budapest-Viena.

Navarro Caballero, M. et al. (2003): Atlas antroponímico de la Lusitania romana, Mérida-Burdeos.

Parodi Álvarez, Manuel J. (2002): Puerto Real en la Historia. Ensayo de Bibliografía Histórica Portorrealeña. Sevilla.

—- (2006): Puerto Real en la Historia (II). Nuevo Ensayo de Bibliografía Histórica Portorrealeña. Puerto Real.

Salomies, O. (1987): Die römischen Vornamen. Studien zur römischen Namengebung. Helsinki (Commentationes humanarum litterarum 82).

Schulze, W. (1904/1966): Zur Geschichte lateinischer Eigennamen. Göttingen (1904 ed. or.). Berlin-Zürich-Dublin (reed., 1966).

Solin, H. (1996): Die stadtrömischen Sklavennamen. Ein Namenbuch, I-III, Mayence (Forschungen zur antiken Sklaverei. Beiheft 2).

Vallejo Ruiz, J.M. (2005): Antroponimia indígena de la Lusitania romana. Vitoria (Anejos de Veleia. Serie minor, 23).

REFERENCIAS

[i]  Mª.J. JIMÉNEZ CISNEROS, “Miscelánea epigráfica. Inscripciones funerarias gaditanas inéditas”, en Emérita 32, 1960, p. 295-304.

[ii]  Vid. J. GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, Inscripciones romanas de la provincia de Cádiz, Cádiz, 1982; nuestra inscripción figura aquí con el número 424.

[iii]  Cfr. Mª.D. LÓPEZ DE LA ORDEN y A. RUIZ CASTELLANOS, Nuevas inscripciones latinas del Museo de Cádiz. Cádiz, 1995.

[iv]  Mª.D. LÓPEZ DE LA ORDEN, De epigraphia Gaditana, Cádiz, 2001.

[v]  Es habitual que las placas de este género se puedan encontrar encastradas en una piedra ostionera, característica de la zona.

[vi]  Esta hipótesis parece sólo remotamente plausible aún de creer a Mª.J. Jiménez Cisneros, quien afirma (pg. 296), que ciertas inscripciones le fueron presentadas por los obreros que trabajaban en las labores de excavación; no encaja que la inscripción fuera estudiada por Jiménez y luego no figurase en los fondos del Museo gaditano, y es innegable que obraba en posesión del albañil portorrealeño que nos facilitó acceder a la misma para su estudio (en el año 2000), quien sin espacio para la duda sostenía que su hallazgo se produjo en Puerto Real (sin bien se la facilitó asimismo en su día a Jiménez Cisneros para que la estudiase).

[vii]  Dos casos son dudosos: CIL II, 2945 (= AE 1994, 1027) (Salvatierra) así como AE 1994, 859 = HEp 6, 102 (Augusta Emerita), que mencionan respectivamente a Quinta Fabia y a Fausta Coelia, dos mujeres que podían portar un praenomen, costumbre rara en los personajes femeninos mas no del todo inusitada.

[viii]  CIL II, 1149 = ERIT 116 = CILA Se, 2, 449: Galla Blasti / Seruilia Su/perati; esta placa cuadrada de mármol, conservada hoy en los fondos de la colección de la catedral de Toledo, hace reférencia a una Servilia Galla, hija de (Servilius) Blastus y esposa de un cierto Superatus, quizá identificable con Fabius Superatus, fallecido a la edad de 80 años (CIL II, 1146 = CILA Se, 2, 440); J. González Fernández, en su edición de CILA, p. 103, hace de esta Galla la liberta de un Blast(i?)us Servilianus Superatus: Galla Blasti / Seruilia(ni) Su/perati [lib(erta)]; esta lectura de la pieza (e identificación del personaje) es rechazada por A. Canto (cf. HEp 4, 733, p. 261) quien argumenta cuestiones técnicas para cuestionar la hipótesis de J. González Fernández; por lo demás, si se sigue la interpretación del epigrafista sevillano, el antropónimo Blasti no déjà de representar un problema: ¿se remite al gentilicio Blastius, un hápax al día de hoy, o bien es necesario contemplar un cognomenBlastus”? En este último caso, el patronus de Galla portaría tres cognomina, lo que parece difícil de aceptar; nuestra interpretación del particular permite en cambio sortear estas dificultades, sin necesidad de lecturas que entren en conflicto con el aspecto y la disposición que muestra el texto sobre la piedra.

[ix]  CIL II, 2356 = CIL II²/7, 915: Maura Q(uinti) Valer[i] / serua ann(orum) XXI[I?] / h(ic) s(ita) e(st) s(it) t(ibi) t(erra) l(euis) / Q(uintus) Valerius /5 Mode(- – -) ann(orum) LXXV / h(ic) s(itus) e(st) s(it) t(ibi) t(erra) l(euis) / Nigrina Se[- – -]/tia ann(orum) L / h(ic) s(ita) e(st) s(it) t(ibi) t(erra) l(euis).

[x]  JIWE I, 188: Alucius / Roscius C(ai) l(ibertus) / h(ic) s(itus) e(st) / Iud(a)eus /5 ACOLI C S; la lectura de esta inscripción es controvertida mas es altamente probable que se produzca una inversión entre el gentilicio de este liberto, Roscius, y su cognomen, Alucius, que remite al antropónimo indígena Al(l)u(c)q(u)ius, atestiguado en no pocos ejemplos procedentes de Lusitania; sobre el particular, ver J.M. ABASCAL PALAZÓN, Nombres, p. 268 ; M. NAVARRO CABALLERO et al., Atlas, p. 82 et 373; J.M. VALLEJO RUIZ, Antroponimia, p. 125-127 ; una lectura distinta en D. NOY, JIWE I, p. 261-262.

[xi]  CIL II, 614: Fecunda Here/nia h(ic) s(ita) e(st) p(edum) XII / <e>x p(ondo) arg(enti) Famelius / c(urauit) d(edicandum).

[xii]  CIL II, 945: D(is) M(anibus) / Seuer/a Ma/nia L(uci) f(ilia) /5 ann(orum) X[—] / h(ic) s(ita) e(st) s(it) t(ibi) t(erra) l(euis) / Seuerin/a Seueri / f(ilia) mat(er) /10 f(aciendum) cur(auit).

[xiii] CIL II, 2786 = AE 1965, 27) = Clunia 36: Attuae Bou/tiae Bouti f(iliae) / Intercatiensi / an(norum) XXXII /5 Aius Antonius / uxo(ri) s(uae) f(aciendum) c(urauit).

[xiv]  CIL II, 3195: Felicia Iunia / an(norum) XXIII h(ic) s(ita) / est s(it) t(ibi) t(erra) l(euis).

[xv]  CIL II, 3208: Vendalo / Licinia h(ic) s(itus) e(st).

[xvi]  CIL II, 2984 (p. 937) (= ILS 2516) = ERRioja 7 (= AE 1985, 600): Iulius Lon/ginus Doles / Biticenti f(ilius) Bes/sus eques alae /5 Tau(rianae) tor(quatae) Vic(tricis) c(iuium) R(omanorum) / an(norum) XL aer(orum) XXII h(ic) s(itus) e(st) / Sulpicius Susulla / et Fuscus Bitius / h(eredes) ex t(estamento) f(aciendum) c(urauerunt).

[xvii]  CIL II, 2870 = ERLara 145: Marcelo / Aurelio.

[xviii]  CIL II, 6028 = CIL II²/14, 590 = ELST 271 = IRSAT 330: C(aius) Aemil[ius] / Niger h(ic) s(itus) [e(st)] / Rustica / Baebia /5 ux[or].

[xix]  CIL: Corpus Inscriptionum Latinarum.

[xx]  I. Kajanto, Nomenclature, p. 151-152.

[xxi]  Pour une liste: O. SALOMIES, Vornamen, p. 120-131.

[xxii]  B(- – -) Camice; L. Cassius Pyramus; P. Clodius Staphylus; Eleuthera; Baebia Nicostratis; Epaphroditus; Eutychia; Iunia Clita.

[xxiii]  Los IIviri y los IIIIviri (duoviri y quattorviri) son magistrados municipales de colonias y municipios.

[xxiv]  J. GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, Inscripciones romanas de la provincia de Cádiz, Cádiz, 1982, pg. 224.

[xxv]  De acuerdo con las líneas generales de actuación de Jiménez Cisneros, es de entender que la pieza habría aparecido en un contexto de necrópolis en Cádiz capital; de acuerdo, sin embargo, con el testimonio de su desaparecido poseedor, la inscripción, como venimos apuntando, no habría aparecido en Cádiz, sino en Puerto Real, reutilizada como material de construcción en un edificio del casco histórico (totalmente descontextualizada, pues).

[xxvi]  CIL II, 4525 (p. 982) = IRB 54 = IRC IV, 61 = AE 1957, 36 (Herennia C. f. Optata) ; CIL II, 4545 = IRC IV, 97 (C. Herennius Optatus); un N. Herennius Optatus en Teanum Sidicinum (Italia, regio I): CIL X, 4792 (= ILS 5677 = AE 1979, 154).

[xxvii]  IIlici 89 et 90 (= AE 1993, 1065) (L. Herennius Optatus).

[xxviii]  IValentia 115 (L. Herennius Optatus).

[xxix]  CIL III, 2347-2348 ; 10884; 3596; 2994. CIL V, 6662 et 6758. CIL VI, 39450; 29205 (Aerennius); 3743 = 31130 = 36760; 35440; 11178 (Aerennia). CIL VIII, 19531 (Aerennius); 9970 (Aerennius); 19761; 20505-20506; 9801; 6216; 28053; 9807 (Haerennius); 5685; 25665; 23129 (Haerennia). CIL IX, 6083,83; 2501 (3x). CIL X, 2504-2505; 8059,149 = CIL II, 4975,30 = HEp 9, 727 (de Nápoles aunque conservada en Madrid); 7556; 3484; 3560; 8110 (2x); 2747. CIL XI, 6998. CIL XII, 5690,60. CIL XIII, 6049 (add); 1401. CIL XIV, 256,307. AE 1947, 12; AE 1963, 3; AE 1967, 428; AE 1980, 62; AE 1984, 213-214; AE 1992, 1653; AE 1997, 1686; AE 2005, 497.

[xxx]  IRCP 423.

[xxxi]  HAE 670.

[xxxii]  CILA Se, 3, 747 = CIL II²/5, 1148.

[xxxiii]  W. Schulze, Eigennamen, pp. 82-83; 282.

[xxxiv]  W. Schulze, Eigennamen, pg. 282 ; E. DENIAUX por su parte piensa en un posible origen osco, Herennii.

[xxxv]  W. Schulze, Eigennamen, pp. 111-112.

[xxxvi]  I. Kajanto, Latin Cognomina, pp. 75-76 y H. Solin, Stadtrömischen Sklavennamen, p. 110-111.

[xxxvii]  B. Lörincz, OPEL, pp. 114-115.

[xxxviii]  I. Kajanto, Latin Cognomina, pp. 76-77.

[xxxix]  J. M. Abascal Palazón, Nombres, pp. 444-445.

[xl]  S. LEFEBVRE, Migrations, pg. 123.

[xli]  I. Kajanto, Latin Cognomina, p. 76-77: 140, 831.

[xlii]  H. Solin, Stadtrömischen Sklavennamen, pp. 110-111.

[xliii]  S. LEFEBVRE, Migrations, pp. 123-124.

Manuel Parodi
Manuel Parodi
Doctor Europeo en Historia, arqueólogo. Gestor y analista cultural. Gestor de Patrimonio. Consultor cultural.

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2 COMENTARIOS

  1. Estimado José, muchas gracias por tus cordiales palabras; siempre digo que se hace lo que se puede, y en ello estamos desde hace años (y van siendo muchos ya): haciendo lo que se puede por la divulgación histórica en Puerto Real…
    Respecto a tu pregunta, estoy seguro (y es una opinión personal) de que siempre, en todos los pueblos, hay mucho del Patrimonio Histórico local en manos particulares, y de muy distintas procedencias.
    En Puerto Real, el pasado feno-púnico y muy especialmente el romano, son una realidad patrimonial, y ello se sabe fehacientemente desde hace casi 70 años, desde las primeras intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en los años 40 del siglo pasado (en la zona de Puente Melchor y aledaños, con motivo de las obras en torno a la vía férrea).
    Un cordial saludo.

  2. Gracias po este detallado artículo que arroja un poco más de luz sobre el pasado romano de nuestra Villa. Exquisita documentación. Ha sido un placer leerle.

    Cree usted que existen otros artefactos romanos, fenicios o cartagineses en manos privadas que no verán la luz del día? Fruto de expolios tal vez?

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Opinión

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