Tal y como hemos venido señalando en páginas anteriores a éstas, la Historia de la Historia en Puerto Real, la Historiografía portorrealeña no se remonta (stricto sensu) más allá (más atrás, queremos decir) del siglo XX, y no por cuestiones metodológicas o relativas al análisis de la materia, sino por la mera ausencia (por lo que conocemos) de trabajos de naturaleza histórica publicados, aparecidos al menos, como tales -y sostenidos de forma regular, lo que habría sido lo ideal en este sentido- que estuvieran dedicados de manera específica a nuestra ciudad y nuestra Historia anteriores al siglo XX.
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Este argumento será especialmente sólido además en lo que ateñe a la Historia de los Estudios relativos a la Antigüedad y la Arqueología. No insistiremos ahora, pues son cuestiones sólidas y fuera de sombra a las que nos hemos aproximado en diversas ocasiones incluso de forma reciente (la semana pasada, sin ir más lejos, por ejemplo, y en este mismo medio y formato), en el papel de pioneros de la Historia local como el académico e historiador Juan Luis Moreno de Guerra y Alonso (asesinado en Paracuellos del Jarama en 1936, durante la Guerra Civil), o en la incuestionable figura del profesor Antonio Muro Orejón, tradicionalmente considerado como el “padre” de la historia local portorrealeña.
Mencionaremos en este contexto una vez más la figura de A. Ordóñez de la Calle, cuya obra, la “Biografía del Puerto Real de los Reyes Católicos”, trabajo que viera la luz a mediados del pasado siglo XX que sirve de nexo (siquiera cronológico, aunque no solamente desde un punto de vista cronológico) entre los dos autores antes mencionados (Moreno de Guerra y Muro, de principios y mediados del siglo XX respectivamente) y que continúa, desafortunadamente, estando inédito hoy en día (a la fecha de puesta negro sobre blanco de estos párrafos, diciembre de 2020, reconsiderando aproximaciones anteriores al tema).
En cualquier caso, ello representa, precisamente, la razón principal de esta pequeña aproximación al tema historiográfico: la aparición, afortunadamente (aunque con menos ritmo del que personalmente nos gustaría) de nuevos estudios y la misma dinámica de la investigación sobre la Historia y la Historiografía de Puerto Real llevan a la evolución del trabajo de naturaleza historiográfica, a su continua revisión y conformación, lejos del dato puntual o la anécdota más o menos colorida.
En este sentido, y como ya señalábamos alguna vez, los estudios historiográficos no son ni esencial ni principalmente obras elaboradas para el esparcimiento y la diversión, ni son obras “totales” o “definitivas”, nunca: este tipo de trabajos (como el de estos párrafos) no son obras de divulgación histórica destinadas a buscar el “entretenimiento” de los lectores, sino que más bien son herramientas de trabajo, instrumentos para quien se aproxima a ellas.
Como hemos señalado en ocasiones anteriores, el comienzo de los estudios históricos dignos de tal nombre que de manera continuada y estructural abordasen el tema de la Historia de (y en) Puerto Real se haría esperar hasta la segunda mitad del pasado siglo XX, lo que viene a representar ciertamente un momento sensiblemente tardío si entramos a comparar la situación de tales estudios en Puerto Real con lo que estaba sucediendo desde más antiguo en otras ciudades del entorno (del entorno o fuera del mismo), unos núcleos urbanos e históricos partícipes a su vez de una Historia tan digna como la nuestra y acaso dotada de características similares a la de nuestra Real Villa.
Pero ya con anterioridad a esos momentos es posible señalar la aparición de algunos trabajos que pueden ser considerados como el “arranque” de la Historia de los Estudios sobre la Historia en Puerto Real, el inicio de los primeros trabajos de Historia de la Villa, en la primera mitad del siglo XX (y aun antes, a finales del siglo XIX, con algunos textos –menores- de carácter divulgativo aparecidos de manera no continuada).
Encontraremos, de este modo, algunos artículos (“sueltos”, podría incluso decirse) y aun alguna obra en sí digna del nombre de tal, y [entendemos que desafortunadamente] aún inédita (por ejemplo, y fundamentalmente, el ya mencionado trabajo de A. Ordóñez) de carácter “monumental”; dichos artículos sueltos aparecerían en las postrimerías del XIX y los muy primeros años del XX (caso de algún trabajo del antedicho Moreno de Guerra) en “Guías” locales tales como las así llamadas (por sus editores) “Guías Rossetty”, de las que se conservan ejemplares en la localidad, por ejemplo, en el Archivo Histórico Municipal.
Unos, dichos artículos, y otra, la monografía de Ordóñez de la Calle (que, insistimos, sigue lamentablemente inédita, sigue aún sin publicar –y de la que se conserva copia asimismo en sede municipal) vienen a representar los primeros pasos, las primeras “incursiones” en lo que tiene que ver con la generación de una Historiografía local propia en Puerto Real, con el campo del estudio de la Historia desarrollado desde la propia Villa portorrealeña, un proceso que una vez iniciado en esos ya lejanos entonces, no habría de detenerse.
De este modo encontraremos -si bien con casi dos siglos de retraso en relación con lo que sucede en otras localidades de Andalucía, incluyendo parte de nuestro entorno la obra del primer erudito (investigador, divulgador…) local que trata de construir un cuerpo “monumental”, un trabajo de conjunto, que pueda llegar a servir para recoger y explicar el pasado de la localidad, tratando de ese modo de “reconstruir” el pasado (la Historia) de la ciudad y de poner dicho pasado por escrito para beneficio de las generaciones por venir.
Todo ello, dicha intención, el esfuerzo de recopilación y compilación, el trabajo de tono y talante innovador (más aún para la época en que fue concebido y escrito), la primera Historia de conjunto de la Real Villa, es lo que contiene y presenta el libro todavía inédito de A. Ordóñez de la Calle, un estudio, un libro acerca de cuya publicación hemos insistido en no pocas ocasiones (de palabra, en unos u otros foros, y por escrito, como de nuevo volvemos a hacer en estos párrafos), pues la publicación del referido libro de Ordóñez vendría a suponer verdaderamente un paso adelante en la esfera y el ámbito de nuestra Historiografía y nuestra Historia local al dar cuerpo y salida a un estudio aún inédito que cuenta con un papel determinante (por lo pionero) en el conjunto de la Historia local de Puerto Real así como por lo que tal trabajo viene a representar con vistas a una mejor comprensión (desde el punto de vista ya historiográfico stricto sensu) de cómo se ha producido la construcción y la evolución de nuestra Historiografía local, constituyendo en sí mismo un ejemplo muy significativo (por lo singular, además, por lo único y por ende por lo representativo) de cómo se “historiaba”, de cómo en España se estudiaba, se investigaba y se escribía la Historia (todo ello acaso más especialmente en lo tocante a la Historia local) en el período histórico en que dicho volumen inédito fue redactado (esto es, a mediados del pasado siglo XX, y bajo el régimen de Franco).
Y resulta aún más relevante y significativa esta obra al ser un “unicum”, un “hápax” en el conjunto de la Historiografía local (no sólo en su época sino en general), puesto que representa -y en ello es en lo que venimos insistiendo a lo largo de los años, no solamente en este artículo- un intento (que se sepa, el primero) de levar a cabo una sistematización histórica en Puerto Real presentando a su vez un análisis de conjunto (el primero de tal naturaleza, igualmente) sobre la evolución de nuestro cuerpo social, de nuestra singular y pequeña comunidad humana en el tiempo y en el espacio, de Puerto Real en la (y en su) Historia, en fin de cuentas.
