Navantia ha comenzado el traslado de las últimas lanchas de desembarco para la marina australiana. Los distintos medios de comunicación de la Bahía de Cádiz, entre ellos Puerto Real Hoy, han podido dar buena cuenta del traslado de una de ellas con un viaje que les ha llevado desde las instalaciones de San Fernando hasta las de Puerto Real.
Este martes, Navantia ha comenzado la entrega del último lote de las lanchas de desembarco que ha estado construyendo durante los últimos meses para la marina australiana.
“Este proyecto podríamos darlo por terminado. Estamos especialmente orgullosos, sobre todos los trabajadores de Navantia, puesto que hemos cumplido con creces las expectativas del cliente, tanto en calidad, como en plazo y también los resultados económicos han sido satisfactorios», afirmó Pablo López Díez, Director de Navantia en San Fernando y Puerto Real.
«Con este envío de las últimas cuatro lanchas a Australia, cumplimos con el Ministerio de Defensa Australiano con las doce lanchas que completan el proyecto. Ha durado durante los treinta meses que ha durado la construcción más doce meses de ingeniería. Ha tenido una fase de diseño, una fase de construcción y ahora nos toca terminar la última fase de soporte logístico a la marina australiana, con las entregas de los materiales de repuesto, la formación a la marina australiana y finalmente la entrega de las lanchas en Sydney que la prevemos para esta última parte del año”, prosiguió.
Una maniobra que comenzaba en la mañana de este martes en las instalaciones de Navantia en San Fernando, donde un nutrido grupo de periodistas ha podido ver, de primera mano, como la primera lancha cruzaba toda la Bahía de Cádiz para trasladarse hasta el astillero de Puerto Real.
Estas lanchas tienen una eslora total de 23,3 metros; una eslora en flotación de 21,27 metros; manga de trazado de 6,4 metros; puntal de construcción de 2,8 metros y propulsión con dos motores diesel de 809 kW, que accionan dos propulsores de chorro de agua a través de cajas reductoras. La velocidad en condición de lastre es de más de 20 nudos y tiene autonomía para 190 millas a plena carga.
“Hay diferencias con respecto a las españolas, que tienen diez años de antigüedad. Las diferencias con respecto a los motores, con menos consumo, mayor autonomía pero prácticamente son similares, con pequeñas diferencias exigidas en este caso por el armador que ha sido el Ministerio de Defensa de Australia”, comentaba Antonio García, Jefe de Producción de Proyectos.
La lancha admite diferentes condiciones de carga, que van desde la capacidad de transporte de un carro de combate Abrams, varias combinaciones de vehículos de Ejército, una compañía de fusileros o un camión con contenedor de 20 pies.
Las lanchas están destinadas a operar con el ‘LHD Canberra’ y ‘LHD Adelaide’, buques de proyección estratégica similares al ‘Juan Carlos I’ y también construidos por Navantia. “Una muy buena carta de presentación para la Armada Australiana, para Navantia y para los Astilleros de la Bahía”
“Estas lanchas son doce para la Armada Australiana en sustitución de unas antiguas de los años 60. El Gobierno australiano decidió por una apuesta segura por estas lanchas que son muy parecidas a las que tiene nuestra armada española y de las cuales están muy satisfechos”, prosigue García.
Las doce unidades de estas lanchas han supuesto una carga de trabajo de 350.000 horas para los astilleros de San Fernando y Puerto Real, que han cumplido fielmente con el plazo establecido de tiempos con la armada australiana.
Como curiosidad histórica que entronca con la utilización de lanchas de desembarco K, podemos decir que la Armada Australiana fue pionera en organizar un desembarco anfibio en Gallipoli (Dardanelos) en el año 1915 en plena 1ª Guerra Mundial. El resultado fue un enorme desastre del que aprendimos los españoles para organizar nuestro particular desembarco en la costa africana de Alhucemas en la Guerra de Marruecos en el año 1925. Fue un rotundo éxito de nuestra Armada ya que se estudió en profundidad y con todo detalle el cúmulo de errores de los australianos en Gallipoli para no repetirlos. Además, las 26 lanchas utilizadas por las tropas españolas en Alhucemas fueron las mismas que emplearon los australianos en Gallipoli y que se encontraban a la venta en Gibraltar como material de guerra de ocasión.