Domingo de Palmas y Olivos, 5 y media de la tarde, calle Teresa de Calcuta. En una abarrotada salida la Hermandad de «La Borriquita» abrió la Semana Santa de la Villa, con un brillo y esplendor inmejorable.
En un domingo de ramos de los que hacían varios años que no se vivía, lleno de luz y bajo un sol que elevó las temperaturas, demostrando que la primavera ha llegado con fuerza, la Cofradía puso su cruz de guía con puntualidad a las 5 media bajo el dintel de la puerta de la Casa de Hermandad.
Más de 120 niños portando palmas antecedieron al paso del Señor de la Entrada Triunfal, que estrenaba juego de potencias donadas por sus costaleros, fieles y devotos, así como cuerpo de acólitos, propio de la Hermandad que por vez primera precedían dando luz al paso de Misterio de esta corporación Lasaliana.
Más de mil tallos de clavel rojo, ofrenda de los niños del Colegio La Salle, formaban el exorno floral del paso, que complementaban callas en tonos rojizos, colocadas primorosamente por las manos de José Antonio Pantoja y su equipo de floristas.
Tras el paso del Señor sonaban los sones de la Agrupación Musical Virgen del Refugiode Jerez, que tocaban por vez primera en Puerto Real.
Seguidamente un cortejo de 80 hermanos con cirios antecedían al paso de Palio de Nuestra Señora de la Estrella, que de manera sublime completó una estación de penitencia de las que no se recuerdan, magistral.
Más de 1200 tallos de clavel blanco y flor de cera conformaban un bello y clásico exorno floral, que otorgaba un toque de pureza y clasicismo a un paso de palio en el que la candelería lagrimeaba cera desde primera hora, iluminando provervialmente el rostro de la Estrella Lasaliana.
Con un envidiable repertorio de marchas, exquisitamente armonizado la Banda de Música Virgen de la Estrella volvió una vez más a acompañar al paso de palio, completando un bello callejero musical.
Y así, en torno a las 11 y media de la noche, la Hermandad completó sin incidencias un recorrido y una estación penitencial que abren la semana de pasión por todo lo alto.
Nota destable fue la presencia desde hace años de un hermano de la Salle en el cortejo, ataviado con la sotana y babero típicos de esta congregación. Hermano que no dudó en posar con todos aquellos que quisieron fotografiarse con él, recordando que es esta una Hermandad Lasaliana, y que los Hermanos de la Salle siguen manteniendo, aún en la distancia el cariño de un pueblo.