Manuel Jesús Parodi Álvarez cumple en los próximos meses diez años de manera ininterrumpida hablando sobre la historia de Puerto Real en nuestra web. Una década que, junto a este periódico digital, nos ha ido llevando temas de índole local, provincial, regional, nacional e internacional desde la visión de nuestra localidad.
Una mirada a nuestra historia que, muy probablemente, nos enseñe mucho de cómo tenemos que ver el Puerto Real de hoy.
Puerto Real Hoy: Diez años escribiendo con constancia sobre historia y patrimonio en Puerto Real Hoy además de otros tantos en otros medios de la provincia. ¿Qué balance haces de esta década de divulgación?
Manuel J. Parodi: Ante todo quiero agradecer a “Puerto Real Hoy” así como a los otros medios de comunicación con los que habitualmente colaboro dentro y fuera de Puerto Real la posibilidad que me brindan de, semanalmente, poder llevar hasta los lectores (y hasta los oyentes, en el caso de las emisoras de radio con las que colaboro) esta línea de acción de divulgación histórica con la que me siento fuertemente vinculado y comprometido. Quiero hoy dedicar especialmente mi agradecimiento a “Puerto Real Hoy” porque en este año 2025 estamos cumpliendo nada menos que una década de colaboración, una década de artículos y podcasts, una década -en fin de cuentas- de divulgación histórica, de socialización del conocimiento, siempre en relación con Puerto Real.
Mi línea de trabajo de divulgación histórica en ámbito de prensa (escrita y audiovisual) se remonta a mucho más de una década, todo sea dicho, puesto que el primer artículo de Historia que publiqué en un medio de prensa apareció en el entonces semanario “Puerto Real Información” (una cabecera desaparecida hace años) allá por el mes de febrero de 1996, de lo que se han cumplido ya por tanto 29 años.
Esta línea de divulgación histórica sobre Puerto Real se viene sosteniendo desde hace ahora 10 años gracias a las páginas virtuales de “Puerto Real Hoy”, y en lo que se refiere al balance que plantea la pregunta que pueda hacerse sobre esta tarea, es de decir que habría de corresponder a los lectores llevarlo a cabo, esos mismos lectores que refrendan cada semana su propio compromiso con nuestra historia y nuestro patrimonio a través de estas páginas, dando renovada carta de validez de ese modo periódicamente al sentido y la existencia misma de estos artículos de Historia y Patrimonio de y sobre Puerto Real. Mi balance es por otra parte muy positivo, no puede ser de otra manera.
PRH: ¿Qué te llevó a comenzar esta labor de divulgación histórica en prensa? ¿Recuerdas cómo fue esa primera columna o artículo?
MJP: Pues lo que me llevó a iniciar esta tarea de divulgación histórica y patrimonial en medios de prensa fue y sigue siendo mi vocación como historiador. Tengo la suerte de que mi oficio responda a mi vocación y de que mi vocación se desarrolle a través de mi desempeño profesional y tengo así mismo -y no quiero parecer petulante- la irrefrenable voluntad de dar a conocer la Historia de Puerto Real, de investigar y conocer para así poder dar a conocer la Historia -en el caso que nos ocupa- de Puerto Real.
En cuanto a los primeros artículos que publiqué desde esta perspectiva divulgativa he de señalar que estaban dedicados a la plaza de Jesús de Puerto Real, a su historia, su evolución y sus características e identidad en el seno de la trama urbana portorrealeña, y se publicaron en febrero y marzo de 1996. A ese primer par de artículos seguirían otros dos textos dedicados a las fuentes históricas sobre el territorio de Puerto Real en la Antigüedad, y vieron la luz en abril de ese mismo año 1996.
PRH: Tus textos tratan desde episodios locales hasta cuestiones universales de la historia. ¿Cómo eliges los temas que abordas en cada entrega?
MJP: Pues en esto he de decir que no sigo un programa previamente trazado sino que en muchos casos la labor de divulgación que llevo a cabo se va desarrollando en función de las contingencias del año: desde las efemérides del momento a conmemoraciones históricas relevantes como la malograda (en lo que atañe a Puerto Real) del Bicentenario de la Constitución de Cádiz o, igualmente en lo que toca a Puerto Real, la aún más malograda Conmemoración del Bicentenario de la Defensa de las Libertades y el Constitucionalismo en El Trocadero y en nuestra Real Villa (1823-2023), a la que tanto esfuerzo hemos dedicado y que, dejada en las peores manos (como el tiempo y las circunstancias dejaron bien en evidencia), a tan poco habría de llegar.
Como digo, los temas van saliendo a veces al calor del momento; estoy convencido de que la vinculación entre la divulgación histórica y la realidad que viven los lectores de manera cotidiana es de gran ayuda para un mejor desarrollo de esta tarea de socialización del conocimiento.
PRH: Puerto Real, tu ciudad natal, aparece con frecuencia en tus publicaciones. ¿Qué tiene de especial para ti su historia y su patrimonio?
MJP: Hace poco, en Cádiz, un colega arqueólogo a la hora de presentarme en una conferencia que yo impartía planteó un diagrama, un esquema, en el que se mostraban gráficamente reflejadas mis publicaciones y los temas que he venido abordando a lo largo de estos años de oficio; me resultó especialmente curioso ya que nunca lo había abordado así, nunca lo había visto así. Me llamó mucho la atención dicha presentación porque mostró a las claras (con datos numéricos) que Puerto Real constituye -como es natural- uno de mis principales campos de investigación y de divulgación, esto es, uno de mis principales campos de trabajo como historiador y como especialista en Patrimonio Histórico.
La Historia y el Patrimonio de Puerto Real tienen todo de especial para mí, ya que es mi pueblo, es mi ciudad, mi origen, mi raíz y mi esencia; en la Historia de Puerto Real, en su Patrimonio, en su casco histórico con su trazado en damero, en sus monumentos y en su yacimientos arqueológicos me comprendo a mí mismo, me reconozco como hijo de la Villa.
PRH: Como arqueólogo, ¿qué proyectos destacarías de tu trayectoria profesional? ¿Cuál te ha marcado más y por qué?
MJP: Me honro en ser miembro de la Academia Andaluza de la Historia así como de la Junta de gobierno del Ilustre Colegio de Doctores y licenciados en Filosofía, Letras y Ciencias de las provincias de Sevilla y Huelva; soy vocal de dicha Junta de Gobierno desde hace varios años (a lo largo de los mandatos de dos decanos sucesivos), algo que señalo precisamente por hacer visible mi vinculación con la arqueología, un trabajo (en lo que me respecta) que se desarrolla fundamentalmente desde el ámbito de la Historiografía Arqueológica, del estudio de la Historia de la Arqueología, sin por ello haber descuidado el trabajo de campo como arqueólogo.
Para la consolidación de esta faceta de mi actividad fue fundamental sin duda alguna el año académico -el año de estudios- que pasé en Italia, en la isla de Cerdeña donde tuve la suerte de ser discípulo de un gran especialista en arqueología fenicio púnica como fue el doctor Giovanni Tore, tristemente desaparecido. Si he de significar un momento concreto de mi formación y de mi carrera como arqueólogo (y sin que ello suponga menoscabo alguno para otros proyectos y para el resto de las actividades en las que he participado, en algunos casos también como coordinador o como director, caso de la Carta Arqueológica y Patrimonial de Sanlúcar de Barrameda), como digo, si es de significar un momento concreto sin duda serán esa experiencia y ese aprendizaje en Cerdeña hace ya más de 30 años.
PRH: En tus artículos combinas rigor académico con una prosa cercana. ¿Qué importancia tiene para ti la divulgación frente al trabajo puramente académico?
MJP: Muchas gracias por ese bonito elogio que me dedicáis desde “Puerto Real Hoy” al señalar esa combinación de solvencia académica y facilidad de prosa. Respondiendo a la pregunta diré que la investigación, el trabajo académico, el trabajo científico de investigación, debe necesariamente expresarse también a través de la divulgación histórica; el trabajo del especialista no puede limitarse la expresión de la investigación solo en el plano científico, ya que la labor del historiador responde y obedece (o así debiera ser) a un compromiso social, al compromiso del investigador con la sociedad de la que forma parte, y para llegar hasta esa sociedad, para comunicarse con el cuerpo social, es fundamental la labor de divulgación histórica llevada a cabo, eso sí, sin perder -como bien se señalaba en el encabezado de esta pregunta- un ápice de rigor académico naturalmente, pero trascendiendo del ámbito científico para poder llegar al cuerpo social de la manera más extensa e intensa.
PRH: Has publicado varios libros. ¿Qué papel juega la escritura más extensa —ensayos, monografías— en tu labor como historiador?
MJP: He publicado hasta la fecha más de 40 libros, como autor único, como coautor, como autor principal, como coordinador, como director académico… Creo poder decir que soy en este sentido una persona de cierta versatilidad ya que considero fundamentales las obras, los trabajos, de equipo.
La publicación de libros (y últimamente voy a una media de, prácticamente, dos por año) es esencial para el desarrollo más profundo de temas que quizá ya se anticipan y desarrollan convenientemente en artículos científicos tanto como en artículo divulgativo pero que a veces es necesario que encuentren un ámbito más amplio de desarrollo como es el que ofrece un libro.
A la pregunta del papel que juega la publicación de libros en mi trayectoria y en mi bagaje como historiador diré simplificando la respuesta que 43 libros publicados y dos más actualmente en prensa acaso arrojan luz sobre la cuestión.
PRH: ¿Hay algún libro de los que has escrito que sientas especialmente cercano o que haya supuesto un antes y un después para ti?
Quizá los primeros desde algunas de aquellas “Actas de las Jornadas de Historia” de Puerto Real (de la coordinación de algunas de las cuales, tanto Jornadas como Actas formé parte hace ahora casi 30 años), o mi primera monografía histórica libro que publiqué en 2001 sobre la navegación fluvial en época romana, o el libro sobre la Prioral de San Sebastián de Puerto Real (publicado con otro colega).
Del mismo modo diré que entre los más recientes destacaría los dedicados a la Conmemoración del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo (1519 1522), o el Cuaderno de Paseo por el Puerto Real de 1823, un libro fruto de la colaboración con Arturo Redondo, grandísimo dibujante histórico, editado por el Ayuntamiento de Puerto Real y que habrá de presentarse seguramente pronto.
Y naturalmente los diferentes volúmenes que he dedicado a cuestiones relativas a la Historia de la Arqueología, especialmente a la Historia de la Arqueología en Andalucía y en Marruecos, sin pasar por alto aquellos libros que he dedicado a la figura de uno de los padres de la Arqueología española, andaluza y marroquí como es el ucleseño Pelayo Quintero Atauri.
PRH: En estos diez años de artículos, ¿has notado una evolución en el interés del público por la historia y el patrimonio local? ¿Los lectores preguntan, responden, se implican?
MJP: No solamente en estos 10 años: a lo largo de los casi 30 años que llevo dedicándome a la divulgación histórica he de decir que creo se aprecia un aumento del interés de la población -contemplada en líneas generales- tanto por la Historia como por el Patrimonio de Puerto Real. Los portorrealeños sienten como suya la Historia de la Villa, como no puede ser de otra forma, y sienten como suyo el Tesoro Patrimonial, Cultural y Natural, de Puerto Real y eso es muy buena señal. Quiero pensar que dicha buena disposición y sintonía seguirá creciendo a futuro y para ello resulta verdaderamente fundamental el trabajo que se hace desde el ámbito educativo y escolar.
En cuanto al interés de los lectores y de los ciudadanos, hay una cuestión altamente reveladora: es difícil imaginar (y lo digo totalmente en serio) cuántas consultas, preguntas, comentarios me hacen nuestros paisanos en relación con la Historia y el Patrimonio de Puerto Real; lectores que tras haber leído un artículo me escriben en redes sociales (generalmente por privado) haciendo alguna pregunta o aportándome información, cosa que es para mí fundamental, es algo que se agradece y que me pone una vez más ante la clarísima evidencia del más que notable interés de los portorrealeños por la Historia y el Patrimonio de la Real Villa.
PHR: ¿Crees que los medios de comunicación están cumpliendo su papel a la hora de proteger y promover el conocimiento histórico? ¿Qué mejorarías en este sentido?
Centrando el foco en Puerto Real la verdad es que (y “Puerto Real Hoy” es un verdadero ejemplo, cuando no un paradigma de ello), y lo digo sin ningún tipo de ánimo o voluntad de lisonja, los medios de comunicación locales atienden bastante bien al Patrimonio Histórico en lo que atañe a la divulgación y difusión del mismo y de la Historia de Puerto Real. Es algo que siempre he agradecido a los distintos medios de prensa local y es algo que realmente señalo con convicción.
La mejor labor que pueden hacer los medios de prensa en este sentido, junto a la puesta en evidencia de las cosas negativas cuando necesario, es precisamente la de sensibilización, la de divulgación, la de difundir el conocimiento y en este sentido y como digo los medios de comunicación de Puerto Real desempeñan en líneas generales un papel muy digno, muy honroso y muy de agradecer.
PRH: ¿Tienes nuevos proyectos entre manos, ya sean excavaciones, publicaciones o nuevas líneas de investigación?
MJP: Pues sí, siempre. Además de los dos libros que tengo ahora mismo en prensa (uno directamente en la imprenta y el otro terminando de “cocerse” en mi ordenador) tengo distintos proyectos por delante: desde jornadas, encuentros, seminarios y congresos en los que participo como ponente (y me refiero a los próximos meses), a artículos entregados en Actas de Congresos y en revistas especializadas que deberán ver la luz próximamente, e igualmente otros seminarios y jornadas que habrán de celebrarse este mismo año y en cuya coordinación participo, alguno de los cuales se desarrollará tan pronto como el mes que viene, mayo, fuera de la provincia de Cádiz.
En lo que se refiere a trabajo arqueológico de campo también hay alguna actividad prevista para desarrollarla en el contexto de primavera y verano; en este último sentido cabe decir que en estos dos últimos años no me he aburrido en lo que se refiere a mi participación en actividades arqueológicas de de campo, direcciones (o codirecciones) incluidas.
Y luego están actividades y acciones que tienen que ver con proyectos de naturaleza histórica, arqueológica y patrimonial a escala nacional e internacional, que también requerirán mi atención y participación a lo largo del presente año.
PRH: Has trabajado también en el norte de Marruecos, una región con una riqueza histórica impresionante. ¿Qué aprendizajes te ha aportado investigar en un contexto tan distinto al andaluz?
MJP: En realidad sigo trabajando en el Norte de África y tengo una vinculación muy especial con el territorio norteafricano que se ve reforzada con mi pertenencia a entidades como son el Instituto de Estudios Ceutíes, la Escuela Italiana de Arqueología de Cartago o la Asociación Tunecina de Historiadores y Arqueólogos de Cartago.
Desde la perspectiva de la arqueología clásica y de mi perfil como historiador del mundo antiguo hay que señalar que las dos orillas del Estrecho de Gibraltar constituyen dos partes de un mismo libro con el Estrecho -el filo de agua del Estrecho- constituyendo el lomo de ese libro, como más de una vez he dicho; desde la perspectiva de la arqueología prehistórica y especialmente de lo que me concierne como es el caso de la arqueología fenicio-púnica y romana, los escenarios norteafricanos y andaluz (la zona en torno a Tánger Tetuán -el Fahs, la Yebala y la Gomara- de una parte y la provincia de Cádiz por otra) no representan escenarios dispares, no digamos si consideramos también el pasado andalusí que vincula también -como el pasado romano, por ejemplo- a ambas orillas del Estrecho.
Para mí las tierras del Norte de África -en lo personal y en lo que se refiere a mi trayectoria como historiador y arqueólogo- son, como sabe quien me conoce, fundamentales.
PRH: ¿Qué destacarías de los yacimientos y el patrimonio arqueológico del norte de Marruecos? ¿Hay algún hallazgo o experiencia allí que te haya marcado especialmente?
Destacaría como he adelantado en los párrafos anteriores que la Arqueología, especialmente, nos pone ante la evidencia de los horizontes comunes entre ambas orillas del Estrecho de Gibraltar, ya se trate de arqueología prehistórica, protohistórica, de arqueología fenicio-púnica, de arqueología romana o de arqueología medieval andalusí.
Y en lo que se refiere a sitios arqueológicos concretos, habiendo yo participado en varios proyectos allí desarrollados (como por ejemplo el de la Carta Arqueológica del Norte de Marruecos), diré que hay dos referencias claras para mí, para mi bagaje personal como historiador y arqueólogo, como son el yacimiento arqueológico de Tamuda -junto a Tetuán- y el Museo Arqueológico de Tetuán. Ambos hitos patrimoniales constituyen una referencia que trasciende de lo académico y que, en lo que me atañe, entra de lleno en el terreno de lo personal y forman parte de mi geografía sentimental.
PRH: Para terminar, ¿qué te gustaría que perdurase de tu labor como divulgador y estudioso de la historia cuando alguien lea tus textos dentro de 10, 20 o 50 años?
Una cosa que debe tener clara un investigador de cualquier ámbito, de cualquier campo, de cualquier materia -y un historiador, un arqueólogo no es una excepción- es que la ciencia debe avanzar, el conocimiento debe avanzar, y por tanto la investigación propia -lo que uno mismo investiga- debe ser superado por lo que hagan quienes vengan después; lo contrario sería un fracaso para la investigación y para la disciplina de la cual uno es especialista.
Eso es algo que todo investigador no solamente debe asumir: es algo por lo que un investigador debe luchar, de manera que el propio trabajo se convierta en los travesaños, los peldaños, de la escalera que otros deberán ascender, del camino que otros deberán ayudar a seguir construyendo. Eso es lo que verdaderamente me gustaría que perdurase de mi trabajo: el haber podido servir de ayuda a quienes hayan venido después. Lo más bonito que creo podría decirse de mi trabajo es que sirvió para que otros pudieran llevar adelante y más lejos el suyo, ya se trate de Historia de la Arqueología, de Historia del Mundo Antiguo, de Patrimonio Histórico y Cultural o de Historia de Puerto Real.