L. H., afectado por la pandemia, vio sus ingresos reducirse drásticamente, lo que le obligó a declararse insolvente. La Asociación de Ayuda al Endeudamiento cerró su caso aplicando la recientemente reformada “Ley de la Segunda Oportunidad”.
La crisis económica ha golpeado a muchos ciudadanos, pero esta historia tiene un final esperanzador. Este trabajador gaditano, que había solicitado préstamos para necesidades personales, comenzó a enfrentar problemas cuando la pandemia causó recortes en su empresa. Aunque mantuvo su empleo, los pagos irregulares y eventual quiebra de la empresa lo llevaron a una situación insostenible, acumulando más de 20.000 euros en deudas debido a los intereses de demora.
L. H. acudió a la Asociación de Ayuda al Endeudamiento, que le recomendó declararse insolvente y acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad. Según Pepe Domínguez, abogado de la Asociación, «el primer paso es informar a los Juzgados de la situación del deudor. Con un preconcurso de acreedores, se paralizan los embargos y el deudor no debe pagar a nadie».
Posteriormente, se solicitó la exoneración del 100% de la deuda a los Juzgados de Cádiz, lo cual fue aceptado, brindando a L. H. la ansiada segunda oportunidad. Los requisitos incluyen la insolvencia del deudor, no haber sido exonerado en los últimos cinco años y no tener delitos de orden socioeconómico.
La resolución del 29 de enero de 2024 concedió a L. H. el Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho (BEPI), liberándolo de pagar 20.543 euros. Desde entonces, los acreedores no pueden reclamar ningún pago ni incluirlo en ficheros de morosos.
En 2024, la Asociación de Ayuda al Endeudamiento ha logrado más de 50 exoneraciones. Todas las sentencias favorables están disponibles en su web.