En estos días empieza la segunda fase de la intervención en el arbolado puertorrealeño, según ha anunciado el responsable municipal en la materia, Antonio Gil, dando por concluidas las actuaciones más urgentes originadas tras el paso del temporal Bernard, que originó en la masa forestal de la ciudad numerosos desperfectos. El Ayuntamiento va a ejecutar estas actuaciones a través del grupo GEN.
Tras realizar un estudio exhaustivo de todos los ejemplares presentes en las zonas urbanas de la ciudad, el Ayuntamiento ha resuelto transformar ciertos aspectos que durante muchas décadas han prevalecido a la hora de elegir las especies, la ubicación y el mantenimiento de los elementos vegetales.
El responsable Antonio Gil ha explicado la necesidad de este cambio argumentando que “existen muchas especies que, con el tiempo, se ha comprobado que no son las más idóneas para zonas urbanas y, como consecuencia, una parte importante de este arbolado se encuentra enfermo o moribundo, o bien requieren de una intervención constante para su mantenimiento”.
“Es el momento -continúa el responsable municipal-, de adoptar decisiones valientes pensando en el arbolado del futuro, aplicando técnicas y conocimientos que en el pasado se ignoraban”.
Uno de los árboles que, según el responsable de Mantenimiento y Arbolado, Antonio Gil, ejemplifica bien la necesidad de cambio es el olmo, cuya especie común fue sustituida en los años 70 por el olmo siberiano, por ser éste último más resistente a la grafosis. Sin embargo, actualmente Puerto Real cuenta con alrededor de 250 olmos, y la mayoría de ellos están infestados por ese hongo y además, se ha convertido en especie invasora con fácil reproducción en lugares poco adecuados.
El metrosidero, por contra, se ha revelado como un árbol ideal para las zonas urbanas. Es un árbol costero que llega a alcanzar hasta 20 m de altura y hasta 2 m de diámetro de tronco. Resiste los fuertes vientos del sur, el rocío de sal y la sequía, y puede vivir hasta 1000 años. Sus hojas son perenne y sus flores de color rojo brillante.
Por todo ello, Gil ha expresado que ese plan con vistas al futuro va a tener en cuenta la salinidad del terreno, el agua necesaria para su ciclo de vida, la huella de carbono, las emisiones de CO2 o las directrices de la agenda 2030, que aconsejan la creación de corredores vegetales entre los distintos barrios de la población, por mencionar algunos parámetros.
Los trabajos que ahora empiezan contarán con la renovación de los 7 operarios que se contrataron tras el temporal, así como el alquiler de maquinaria especializada. Se realizarán de manera continuada, acometiendo las labores que correspondan en cada estación y a cada especie.
Antonio Gil ha concluido asegurando que sólo se apearán aquellos individuos que presenten problemas, y que en ningún caso se retirará un árbol sano, y formulando el compromiso de que cada uno de los árboles que deba apearse será restituido con otro más adecuado, “y alguno más”, añade.
FUENTE: Ayto. de Puerto Real