Decíamos en el anterior artículo que es bueno refrescar -de tanto en tanto siquiera- la memoria, y volvemos a decirlo hoy y ahora; por ello nos hemos resuelto a volver a traer a estas páginas virtuales de “Puerto Real Hoy” algo que poníamos por escrito así mismo en este medio hace ahora casi dos años desde la plena convicción (entonces como hoy y como hace tanto tiempo) de la necesidad de la planificación en materia cultural, histórica y patrimonial, asunto en el que bien saben quienes me conocen -y me leen desde hace mucho- no solamente he tenido la suerte de trabajar en distintos ámbitos (local, provincial, regional, incluso estatal…), sino que -y no creo hacer nada especialmente significativo con ello- se encuentra entre los contenidos sobre los que imparto docencia desde hace más de una década en diferentes contextos universitarios de posgrado, caso de los másteres de Patrimonio Histórico y Arqueológico y de Turismo de la Universidad de Cádiz.
De este modo se trata de algo en lo que en realidad vengo insistiendo desde hace años, esto es, no solo la oportunidad sino la verdadera necesidad de trabajar desde la planificación estratégica en materia de Patrimonio (Cultural, Natural…) en Puerto Real (y no solo aquí). Abundando en esta cuestión (y porque no digan que cejamos con facilidad…), reproduciremos a continuación unos párrafos que se publicaron originalmente el 21 de diciembre de 2019 y el 3 de enero de 2020, (dando forma a dos artículos (“Sobre la oportunidad de un Plan Estratégico de la Cultura y el Patrimonio en Puerto Real, I y II”) de esta -que va siendo ya larga- serie de trabajos dedicados a la Historia y el Patrimonio portorrealeños) en “Puerto Real Hoy”. Estos párrafos estaban y están dedicados al sentido con el que entiendo con toda honestidad sería necesario trabajar en lo que se refiere a la gestión del Patrimonio Cultural y Natural local: desde las bases y las premisas de la planificación estratégica.
Pese a todo nunca es tarde, aunque lo sea ya para algunas (muchas) cosas. Como señalábamos la pasada semana, la pandemia ha contribuido a hacer que las cosas no sean precisamente más fáciles. Como sea, vuelvo a hacer un ejercicio de cordialidad y sincera convicción y traigo aquí nuevamente esta reflexión sobre la oportunidad, la conveniencia y la necesidad de la planificación estratégica en material patrimonial en Puerto Real, ahora que podemos felicitarnos porque -finalmente y tras tantos años- pueda por ejemplo llegar a recuperarse un hito de nuestro Patrimonio como es la Casa de las Columnas, algo que pudo ser realidad hace mucho, de lo que algunos que luego y durante años no hicieron nada (o nada bueno, en realidad) quisieron hacer bandera (muy común emplear el Patrimonio como arma arrojadiza cuando no se tienen responsabilidades de gestión y dejarlo de lado -o, peor, llegar a perjudicarlo- cuando se gobierna…), algo que redundará en beneficio de todos, pero algo que no deja de suponer un esfuerzo aislado, que en cualquier caso podría ser el inicio de mucho más, en lo que no dejamos de confiar.
Recuérdese, decíamos y decimos, para lo que sirva, que estas líneas fueron compuestas en otoño de 2019 (hace, como venimos señalando, dos años ya) y publicadas originalmente a finales de dicho año y a comienzos del siguiente en. Como decíamos la pasada semana, serán también Historiografía cuando se haya disuelto el humo de la pólvora hueca, cuando las palabras de todos no sean sino delebles suspiros en el viento.
Sobre la Oportunidad de un Plan Estratégico de la Cultura y el Patrimonio
Una de las cuestiones a considerar a la hora de trabajar en materia de gestión del Patrimonio Histórico (del Patrimonio Cultural y Natural, en realidad) en Puerto Real es la necesidad de elaborar un Plan Estratégico de la Cultura y el Patrimonio de Puerto Real (PECuP), un Plan que sirva como guía de acción (a estas guías de acción las venían llamando “hoja de ruta”…) de cara al diseño, la planificación y la implementación de políticas públicas de gestión del Patrimonio Cultural y Natural (PCN) de nuestro rico y extenso término municipal.
De hecho, en diferentes ocasiones (caso de, más recientemente, en 2017) se han producido noticias relativas a diversos intentos de implementación de un tal Plan Estratégico de la Cultura -o del Patrimonio Cultural- en Puerto Real, intentos impulsados en buena medida desde la administración local pero que no se han resuelto aún materializándose en el desarrollo de esa herramienta de planificación y gestión (cultural, patrimonial, urbanística igualmente -puesto que los bienes del patrimonio natural e histórico -caso de los yacimientos arqueológicos- vienen a guardar una estrecha relación con las claves de la gestión del urbanismo de una ciudad) que vendría a ser un Plan Estratégico de la Cultura y el Patrimonio de Puerto Real.
En este sentido, es oportuno hacer notar el proyecto generado desde el Ayuntamiento de Puerto Real hace unos años (2016) de cara a la implementación de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (EDUSI) en nuestra localidad (véase en la red http://www.famp.es/export/sites/famp/.galleries/documentos-edusi/documentos-edusi-sevilla/Puerto-Real-Proyecto.pdf), documento en el que se recogían las bases de una potencial planificación estratégica integral orientada hacia este segmento patrimonial en la ciudad y su término municipal desde las premisas de un marco teórico participativo.
De cara a la gestión integral del Patrimonio, se hace imprescindible el trabajo a tres niveles; de una parte, el ordinario y cotidiano del día a día de la gestión; de otra, el que atañe a la programación del trabajo, que se ocupa del medio plazo (en un contexto como el de la gestión pública, especialmente sujeto a cadencias administrativas), y de otra, el no menos imprescindible trabajo en el nivel de la planificación, que dará las líneas maestras a seguir en el rango del largo plazo. La acción combinada del trabajo diario, de la programación y la planificación deberá estar regida por las referidas líneas maestras contenidas en este último nivel, el de la planificación, que deberá ser la base sobre la que se dirijan las acciones desarrolladas en el tramo de la programación, las cuales deberán formar la espina dorsal de la acción cotidiana de la gestión en materia de Patrimonio (PCN).
De este modo, podría plantearse un esquema sucinto, sencillo, de acuerdo con las siguientes premisas:
1. Planificación | Grandes líneas maestras de la gestión | Desarrollo a largo plazo |
2. Programación | Trazado de acciones concretas | Desarrollo a medio plazo |
3. Gestión diaria | Implementación de Planificación y Programación (así como de acciones e iniciativas que se desprenden de elementos externos a los gestores) | Desarrollo cotidiano |
Se trata de cuestiones fundamentales a la par que básicas, que todo gestor cultural (y no sólo cultural, son cuestiones que atañen a la gestión en general y no sólo a la patrimonial) conoce y aplica -o trata de aplicar- en su labor cotidiana, pero que no está de mal traer a colación en este breve, brevísimo texto en el que no pretendemos presentar claves definitivas, sino líneas de acción imprescindibles de cara a la mejor gestión del Patrimonio Cultural y Natural de (y en) Puerto Real.
Volviendo al necesario Plan Estratégico de la Cultura y el Patrimonio de Puerto Real, señalaremos que en primera instancia se hace necesaria (de nuevo, imprescindible en realidad) la elaboración de un Documento de Formulación del Plan que, desde la perspectiva de la Cultura como generadora de empleo en el marco de un paradigma de economía sostenible, se apoye sobre algunos puntos esenciales que podrían ser como los que desarrollamos a continuación.
En primer lugar podemos señalar que el Plan debería desarrollar una idea fuerza principal sobre la ciudad (un elemento vertebrador en torno al cual se vehiculen los diferentes aspectos del mismo), como en otros planes de otras ciudades; este elemento vertebrador puede vascular sobre la idea de Puerto Real como Factoría Cultural al tiempo que Ciudad Patrimonial, aunando de este modo los elementos económicos (Factoría, concepto que rescata la noción de “Factoría” tan ligada a la Historia y la identidad de Puerto Real gracias a su íntima vinculación con Matagorda -así, recordemos cómo se ha hablado siempre de la “Factoría de Matagorda”). Esta idea debe girar en torno a la oportunidad y la bondad de resaltar los valores patrimoniales de la ciudad, esto es, el Patrimonio Cultural y Natural de la ciudad, como señas identitarias de la ciudadanía portorrealeña. Desarrollar esa idea fuerza habrá de ser uno de los objetivos prioritarios del Plan.
En segundo lugar, resulta esencial conseguir reforzar la revitalización del Patrimonio local como herramienta económica, social y cultural que revierta en un beneficio (siempre potencial y siempre efectivo en el largo plazo) para la ciudad, un beneficio en lo estético (no nos referimos a lo formal externo al hablar de estética de las cosas) como también en lo cultural y patrimonial y, por añadidura, en lo económico (y no sólo se trata de atraer -desde una perspectiva cuantitativa- turismo de acuerdo con un modelo ya tradicional -y convertido hasta cierto punto en un peligro- del turismo cultural-patrimonial), con ejes como el casco histórico monumental, la rehabilitación y conservación patrimonial así como la creación de nuevos equipamientos culturales, y en especial mediante la puesta en funcionamiento de los imprescindibles programas de socialización del conocimiento y de fomento en materia patrimonial de los horizontes generales de la ciudadanía, así como mediante el refuerzo de los programas acaso existentes y, en su caso, en curso.
Igualmente y como señalamos resulta más que necesario hacer hincapié (y no sólo desde un punto de vista teórico) en la puesta en valor como herramientas económicas activas de los pilares, en general, del Patrimonio de Puerto Real de manera que se puedan constituir verdaderamente como elementos culturales -y por ende económicos- de singularidad (y funcionalidad económica) especial, algo que atañe tanto a aquellos elementos de naturaleza cultural como a aquellos de naturaleza medioambiental, yendo los unos de la mano de los otros dadas las muy especiales características de nuestro entorno, sin olvidar el peso y papel del Patrimonio Inmaterial en el conjunto del tesoro patrimonial local, con elementos históricos y antropológicos como la Carrera de Indias, la construcción naval o la pesca y su tradición en Puerto Real hasta la actualidad, con su derivada gastronómica.
Una premisa habrá de ser, como apuntábamos brevemente supra, la del turismo sostenible como objetivo irrenunciable que aúne la desestacionalización y la sostenibilidad del propio turismo como actividad económica, integrando activamente en el ámbito de esta actividad económica la perspectiva del turismo patrimonial como uno de los valores económicos de la ciudad, partiendo más de unas premisas que apuesten por los elementos cualitativos que por los meramente cuantitativos a la hora de poner en valor y llegar a desarrollar como tal un modelo de turismo patrimonial en el ámbito local portorrealeño.
En el desarrollo de las premisas del Plan habrá de ocupar lugar destacado el ámbito de las conmemoraciones históricas como espacio de interés en sí mismo a la hora de implementar políticas públicas de gestión del Patrimonio, pues las conmemoraciones pueden ser oportunidades -de naturaleza y contenidos multiformes- para desarrollar líneas de acción diferentes y complementarias (desde la perspectiva delos destinatarios, de los públicos interesados o cautivos, de las acciones a implementar, de las tareas a realizar, de los posibles objetivos económicos a desarrollar, de la creación de alianzas y sinergias entre los ámbitos públicos y entre éstos y el ámbito privado de la actividad económica local y supralocal…) que encuentren acomodo en el eje espacio-tiempo que marca cada conmemoración en sí (con sus posibles y nada desdeñables líneas de interacción y proyección con el exterior a la propia localidad en cuestión).
En este sentido, aparece en el horizonte local -un horizonte inmediato, además- el Bicentenario de la Defensa del Trienio Liberal y la Constitución de 1812 en El Trocadero, con la Conmemoración de 1820-1823/2020-2023 y el papel fundamental de Puerto Real como referente en la Historia del constitucionalismo español y europeo, atendiéndose a la realidad cultural y patrimonial de la ciudad, y con la Historia y el Patrimonio como una seña de identidad de la ciudadanía portorrealeña, como un destacado elemento de singularidad que sirve a su vez como herramienta de proyección nacional e internacional de Puerto Real al insertar a la localidad en el contexto general de la construcción de la Democracia occidental y el constitucionalismo democrático en el continente europeo.
Igualmente será de considerar con empeño el valor del Patrimonio ecológico de la Bahía de Cádiz, con elementos sustanciales en el término portorrealeño tales como el mismo contexto de El Trocadero, el Parque de los Toruños, el río San Pedro, el Pinar de Las Canteras, la Zona Endorreica de Puerto Real, y el ámbito natural global del propio territorio de Puerto Real entendido en su conjunto, en general, desde la Antigüedad…, contemplando además la vinculación entre Patrimonio Natural y Patrimonio Cultural, insistimos, como un binomio de todo punto inquebrantable en el ámbito patrimonial portorrealeño.
Otra cuestión a tener en cuenta en el Plan Estratégico habrá de ser fomentar el incremento de la integración con el horizonte universitario desde un punto de vista tanto institucional como físico, material. Estudiar espacios administrativos y materiales de los que se pueda servir la universidad (especialmente la de Cádiz, sin perjuicio de otras…) para posibilitar la implementación de actividades y programas de investigación, el desarrollo de proyectos de I+D y así como la proyección de Puerto Real como Factoría Cultural y como Ciudad Patrimonial.
En este contexto del fomento del ámbito educativo y formativo -de la mano del ámbito patrimonial natural como cultural- a todos los niveles será de considerar en el marco del Plan Estratégico de la Cultura y el Patrimonio de Puerto Real (PECuP), el refuerzo de los espacios (físicos, intelectuales, organizativos) para la educación, la cultura y el encuentro ciudadano.
Otras cuestiones asimismo a tener en cuenta de cara a su inclusión en el PECuP serán la consideración de la potencialidad de las líneas de mecenazgo y de financiación (públicas y privadas) de la actividad cultural en la ciudad, así como la posibilidad de búsqueda de alianzas con otras ciudades ribereñas de la Bahía de Cádiz, con la idea de dar forma a este espacio como un “camino de la Cultura”, como un marco de integración de la ciudadanía y los ámbitos públicos y privados a un nivel supralocal de cara al fomento de la cooperación cultural.
Son las señaladas algunas cuestiones básicas, elementales, a ser consideradas en el desarrollo de un Plan Estratégico de la Cultura y el Patrimonio de Puerto Real (PECuP) que pueda beneficiarse de los diferentes jalones del trabajo previamente realizado (y -como señalábamos supra– varias veces anunciado), unas cuestiones que atañen a las que podrían ser algunas de las líneas maestras de dicho Plan, unas líneas que se articulan en torno a los dos pilares patrimoniales de la Villa y su término municipal, el Patrimonio Natural y el Patrimonio Cultural, la imbricación entre ambos y la interacción entre la ciudadanía y dichos pilares patrimoniales a lo largo de los siglos tanto como en el momento presente (el momento de redacción -hipotéticamente hablando- del Plan, del PECuP).