La pasada semana nos acercábamos a la Arqueología portorrealeña desde la perspectiva de la Historiografía sobre la misma, considerando algunos de los principales trabajos, ya históricos en sí mismos, que fueron pioneros en realizar una aproximación al tema de la Antigüedad del actual solar portorrealeño (de las tierras que hoy -y en líneas generales desde finales del siglo XV- configuran los perfiles del término municipal de Puerto Real).
Traíamos a estas líneas algunos, decimos, de los textos (por ejemplo del siglo XIX) que trazaron líneas, negro sobre blanco, en el discurso de nuestra Historiografía Arqueológica (si bien es de señalar que se trata de una Arqueología literaria, de gabinete, no de estudios de campo propiamente dichos), unas líneas que en algunos casos crearon lugares comunes (como la relación entre Puerto Real y el Portus Gaditanus o Portus Balbus, asumida como un sinequanon de la Historia Antigua portorrealeña, como una verdad ex cathedra, durante décadas y décadas, sin más contraste) y que en cualquier caso han supuesto (y suponen) una parte muy notable de nuestra Historiografía tradicional.
En los párrafos que siguen continuaremos con esta aproximación en tono divulgativo a nuestra Historiografía Arqueológica, esto es, a la Historia de nuestra Arqueología en sus primeros pasos, centrando el objeto de nuestro interés ya en el pasado siglo XX, en estudios de Arqueología literaria (no basados en el trabajo de campo arqueológico), así como en los trabajos pioneros de la Arqueología de campo llevados a cabo desde la década de los cuarenta del referido siglo, en los que pueden ser considerados como los primeros trabajos de la Arqueología de campo en Puerto Real, que vendrían de la mano de una mujer, pionera de la Arqueología española, María José Jiménez Cisneros.
El comienzo de los estudios históricos propiamente dichos que de forma estructural abordasen el tema de la Antigüedad en (y de) Puerto Real habrá de hacerse esperar hasta la segunda mitad del pasado siglo XX, lo cual no deja de ser una fecha harto tardía en comparación con la situación de tales estudios en otras ciudades vecinas de ese mismo entorno y partícipes de una aventura histórica de similares características. Antes de la aparición de algunos trabajos que pueden ser considerados como el “arranque” de la Historia de los Estudios sobre la Antigüedad en Puerto Real encontraremos, empero, artículos e incluso alguna obra inédita de carácter monumental que suponen los primeros “tanteos” en lo que se refiere a la inclusión del pasado comúnmente denominado como antiguo en la consideración general de la Historiografía local de Puerto Real.
Ha sido previamente señalado el artículo de Juan Moreno de Guerra y Alonso del año 1914 en el que se menciona la presencia del Portus Balbus / Portus Gaditanus en suelo portorrealeño; del mismo modo habremos de señalar que se expresa la primera obra “monumental” (de compendio) sobre la Historia de Puerto Real, el trabajo (hasta la fecha, inédito) de Antolín Ordóñez de la Calle que lleva por título Biografía del Puerto Real de los Reyes Católicos, y que fue completada en 1958 (copias mecanografiadas de dicha obra se conservan en el Archivo Histórico Municipal de Puerto Real así como en la Biblioteca Pública Municipal de la referida localidad, a disposición de investigadores y lectores en general).
Antes de estos primeros amagos de sistematización en un solo Corpus (sic) del conjunto de los avatares que se sucedieron en el proceso diacrónico de formación histórica de la Villa de Puerto Real habría de ser un estudioso gaditano, César Pemán Pemartín (adscrito a las filas del franquismo de primera hornada y hermano de José María Pemán, César Pemán se beneficiaría del trastierro -en buena medida por motivos políticos- de Pelayo Quintero al Protectorado Español en Marruecos, sucediéndole en parte de sus responsabilidades en materia de Patrimonio en la provincia de Cádiz, responsabilidades que le vendrían del régimen franquista) quien con sus trabajos -de Arqueología literaria- señalara a su vez (grosso modo) un punto de continuidad en los estudios sobre Historia Antigua y Arqueología en la provincia de Cádiz, tras las décadas de trabajo dedicadas a esta materia por el mencionado Pelayo Quintero Atauri, de quien se cumple este año 2017 el 150 aniversario de su nacimiento y a quien el franquismo quiso condenar al olvido practicando sobre él y su obra una mezquina damnatio memoriae (Quintero era un liberal, monárquico y antifranquista), hoy debelada; en los artículos y textos de Pemán Pemartín y formando de este modo y por ello parte de la materia objeto de nuestro interés, este historiador franquista pone su atención en el término municipal de la Villa de Puerto Real.
De esta manera es necesario reseñar trabajos salidos de la labor de Pemán tales como las “Nuevas precisiones sobre vías romanas en la provincia de Cádiz” (publicado en el Anuario Español de Arqueología, en 1948), los “Topónimos antiguos del extremo Sur de España” (que igualmente viera la luz en el dicho Anuario…, pero en 1953-54), su Memoria sobre la situación arqueológica de Cádiz en 1940, o el estudio sobre “Alfares y embarcaderos romanos en la provincia de Cádiz”, que asimismo aparece en las páginas del referido Anuario Español de Arqueología del año 1959.
Ya en este último año de la década de los 50 del Novecientos, Pemán recoge en las páginas del referido artículo la existencia del yacimiento arqueológico que por aquel entonces sería denominado del “Paso a Nivel” (por la inmediatez al mismo de un paso a nivel en la vía del tren), los restos anfóricos aparecidos en el cual denotaban la existencia de una significativa actividad alfarera en el mismo; el paso a nivel que daba nombre al yacimiento fue sustituido en la década de los años cuarenta por un puente, el “puente Melchor” (aún en pleno funcionamiento) que salva la vía del ferrocarril Madrid-Cádiz y que pasó a dar nombre al referido yacimiento romano, quedando en desuso la denominación de “Paso a Nivel” y pasando a denominarse “Puente Melchor”, nombre con el que se le sigue conociendo en la actualidad.
Si bien podemos señalar que los primeros pasos de la Arqueología y la Historia Antigua en lo que respecta a Puerto Real, especialmente lo poco que precede a Pemán, puede ser calificado como la “búsqueda del Portus Gaditanus” (sic), a partir de este investigador va a variarse de enfoque, algo de lo que en buena medida es responsable él mismo; ahora se tratará no de seguir la tradición y mantener los lugares comunes (hasta ese entonces) sobre la identidad entre el renombrado puerto romano de los Balbo y el término de la Villa, sino de estudiar los yacimientos arqueológicos de la zona sin dejarse llevar por prejuicios tradicionalistas, de manera que la reconstrucción del pasado no siguiera siendo tributaria y deudora de preconcepciones y semiprejuicios que se deben a la formulación de una simple (y casi sistemática) repetición axiomática de sus enunciados desarrollados a lo largo del siglo XIX (especialmente en la segunda mitad de dicha centuria).
Parece beber directamente Pemán de las obras de G.E. Bonsor Saint-Martin (si bien no lo menciona), quien con sus estudios sobre el ámbito del río Guadalquivir entre los que es de destacar la expedición por el río, itinerario fluvial arqueológico plasmado en su estudio de título Expedición arqueológica a lo largo del Guadalquivir (que sólo vería la luz por primera vez en castellano en 1989, en Écija), obra a la que se suman sus estudios sobre Las colonias agrícolas prerromanas del Valle del Guadalquivir (igualmente Écija, 1997) y “Los pueblos antiguos del Guadalquivir y las alfarerías romanas” (artículo aparecido originalmente en la Revista de Archivos, Museos y Bibliotecas en 1901) marca un verdadero punto inicial en el análisis de la arqueología y la economía antiguas de la antigua prouincia romana de Baetica, creada por Augusto.
Bonsor, inglés de Huelva, ingeniero que desarrolla su labor histórica a caballo entre los siglos XIX y XX, estudia la relación entre las vías de comunicación (especialmente en lo que se refiere a las vías acuáticas interiores, como ríos, esteros, canales, marismas…) y la presencia de yacimientos arqueológicos de la Antigüedad en el valle y curso del Baetis-Guadalquivir. Precisamente este principio de la relación entre vías acuáticas y yacimientos romanos de producción (alfarerías, fábricas de ánforas -las figulinae o figlinae) que formula Bonsor para el Baetis es acertadamente retomado por César Pemán para el ámbito geográfico específico de la Bahía de Cádiz, de forma que con ello se permite, por primera vez, el poderse plantear unas bases adecuadas para un mejor entendimiento de la ordenación del espacio (o de ciertos hitos dentro de dicho espacio) en la época romana en la Bahía gaditana.
Edward Bonsor por lo que se refiere al ámbito general bético y C. Pemán Pemartín en el más específico de la Bahía de Cádiz representan y constituyen dos referencias del todo imprescindibles para poder entender el sentido del desarrollo de los estudios sobre economía y organización de la ocupación del territorio en época romana (especialmente en época altoimperial) en los marcos citados. Junto a los estudios de Pemán Pemartín para este espacio de la bahía gaditana es necesario destacar igualmente los no menos pioneros (y significativos) estudios y trabajos de la investigadora gaditana María José Jiménez Cisneros.
Puede decirse que con la labor de Jiménez Cisneros comienza la investigación arqueológica sistemática en (y sobre) el término municipal de Puerto Real. Esta investigadora publicaría en 1953 una no por breve menos interesante referencia al tema general de la arqueología en Puerto Real bajo el título “Cádiz. Puerto Real” (que aparece como la nota nº 662 del Noticiario Arqueológico Hispano II, nºs. 1-3, de 1953 y se publica en Madrid en 1955); este breve (realmente una “noticia arqueológica”, de ahí su inclusión en el dicho N.A.H.) viene a suponer un interesantísimo y capital hito en el campo de la Historiografía portorrealeña, puesto que es el primer ejemplo de trabajo sobre Historia Antigua (artículo, suelto, libro…) en el que aparece directamente mencionado el nombre de Puerto Real vinculado a una referencia arqueológica concreta y específica, constituyendo la Antigüedad en el solar de esta localidad uno de los ejes definidores del estudio.
Junto a este breve apunte sobre la Antigüedad en Puerto Real, Jiménez Cisneros resulta innovadora por varios motivos; debemos a su autoría la inclusión del reducido entorno del término municipal de la Villa portorrealeña en la bibliografía específica de carácter científico más allá de nuestras fronteras; de esta forma el solar antiguo portorrealeño contaría desde 1958 con una publicación dedicada al mismo en lengua alemana (de título “Beobachtungen in einem Römischen Töpferbezirk bei Puerto Real, prov. Cádiz”, aparecida en tal año en el número 36 de la revista Germania).
Un aspecto más en el que Jiménez Cisneros y su tarea resultan innovadoras es aquel relacionado con las obras generales: su libro Historia de Cádiz en la Antigüedad (estudio monográfico de obligada referencia aún hoy, y de permanente validez, publicado en Cádiz en 1971) es, en líneas generales, el primer libro específicamente dedicado a la época antigua gaditana (desde una óptica, además, que podemos definir como arqueológica), en donde además aparecen recogidos los yacimientos del término de Puerto Real que habían sido hasta entonces reconocidos y excavados por la misma autora, como son los de “Paso a Nivel-Puente Melchor” y “[Pinar de] Villanueva”, situados ambos en las inmediatas afueras del casco urbano de la localidad, en dirección a San Fernando y junto a la carretera N-340 (hoy autovía), en el entorno inmediato del “Yacimiento del Mosaico” y de la gran zona arqueológica Puente Melchor-Barrio de Jarana.
Estas primeras y “clásicas” excavaciones serán ya desde entonces seguidas por otras que brindarán un mejor conocimiento de la Historia a través de nuevos yacimientos; la investigación, antes inexistente, sobre la Antigüedad en Puerto Real (y en el conjunto de la provincia de Cádiz -en líneas más generales) será abordada siguiendo criterios científicos (a partir de los estudios de César Pemán), quedando abandonada -salvo en los determinados “saltos” atrás que se produzcan de modo puntual- la “búsqueda” del Portus Gaditanus en el solar y territorio de la Villa de Puerto Real; la identificación de este establecimiento industrial y comercial romano con algún “pedazo” del término portorrealeño no ha sido olvidada por completo, empero, pero sí resulta contemplada desde una óptica dotada de rigor científico y suficientemente bien alejada -excepto en algún caso aislado- de los tópoi (los lugares comunes) recurrentes de otras épocas pasadas. De este modo, nuestra localidad (Puerto Real) y su correspondiente término municipal se encontrarán incluidos finalmente en la corriente general de estudios sobre la Bahía gaditana (y sobre Andalucía) en la Antigüedad.
Cabe señalar igualmente que junto a la inclusión del término portorrealeño en estudios específicos a partir de los años cincuenta del pasado siglo XX, el Patrimonio arqueológico (lo que es decir, histórico) de Puerto Real comenzaría a aparecer también (y de forma creciente) en diversas y numerosas publicaciones especializadas (artículos, breves, noticias y libros sobre Historia Antigua y Arqueología) de carácter general a lo largo de las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta del referido pasado siglo, haciéndose visible de este modo una también creciente sensibilidad por la Antigüedad y la Arqueología en lo que respecta al solar portorrealeño ya desde la segunda mitad del siglo XX.
Serían los años 80-90 del siglo pasado los que realmente conocieran un mayor auge e impulso a la investigación arqueológica en (y sobre) nuestro término municipal, pero la Historiografía Arqueológica científica, académica y reciente sobre nuestra ciudad y su término será objeto de interés en artículos por venir de esta serie…