El ciberacosador de Puerto Real, B.C.S., cumplirá 16 años y medio de cárcel por los 276 años de prisión a los que se enfrentaba por acosar a casi cuarenta menores a través de las redes sociales.
El puertorrealeño ha acudido esta mañana a la Audiencia Provincial de Zaragoza, donde ha admitido los hechos y ha aceptado la condena de 224 años de cárcel. Sin embargo, el Código Penal establece que solo podrá pasar en prisión el triple de la condena del delito más grave cometido (5 años y medio) por lo que solo cumplirá entre rejas 16 años y medio de cárcel.
En la última detención del acusado, los agentes de la Policía Nacional pudieron comprobar que el detenido ocultaba el material pedófilo en un espacio de almacenamiento virtual, donde se localizaron más de 2.000 fotografías y vídeos de carácter sexual explícito de menores de edad. Una cantidad que aumentó a 5.000 fotografías y 150 vídeos tras las investigaciones de este joven de 31 años de edad.
Una denuncia presentada por un padre de Zaragoza, que había descubierto cómo su hijo, menor de edad, intercambiaba fotografías de carácter íntimo con una supuesta chica, también menor de edad fue el detonante que puso a laGrupo de Delitos Tecnológicos de Zaragoza en la pista de este ciberacosador. Ésta, a su vez, hacía lo mismo con otros chicos menores del mismo entorno. Su modo de operación era usar las identidades falsas para contactar con los menores: una de un joven nórdico, Vika, con la que era usuario de juegos por internet, en la Play Station 3, a través de los cuales contactaba con adolescentes y les derivaba a otras redes sociales como Instagram o Facebook.
En ellas pedía a los chicos imágenes sexuales a cambio de recompensas en los juegos o dinero para pagarlos. En ocasiones les amenazaba con difundirlas, o con piratearles las cuentas, para que no dejaran de enviarle imágenes sexuales. También creó un grupo de WhatsApp, con hasta 87 usuarios, en el que entre conversaciones de videojuegos iba colando contenido pornográfico.
Cabe destacar la peligrosidad de este ciberacosador, quien en el año 2008 ya fue detenido por hechos similares, esta vez con víctimas de nacionalidad estonia, un menor llegó a suicidarse a raíz de las presiones y amenazas recibidas para que continuase enviándole material pornográfico. Todo ello motivó que las autoridades de dicho país solicitasen su detención en España. Lo ocurrido tuvo en su momento gran difusión internacional, debido a la gravedad de los hechos.